Al término del empate entre Gales y Estados Unidos, Neco Williams estaba llorando y apuntando al cielo. Le dedicaba el partido, el primero de Gales en un Mundial desde 1958, a su abuelo, Kelvin Jones, fallecido apenas unas horas antes del debut mundialista de su nieto.
"Ayer recibí una de las noticias más duras a las que me he tenido que enfrentar. Mi madre me dijo que mi abuelo había muerto. Pasar de llorar todo el día a ser titular en un partido de la Copa del Mundo ha sido extremadamente difícil, pero lo he conseguido gracias al apoyo de mi familia y mis compañeros", dijo Williams tras el 1-1 logrado ante los estadounidenses.
Con su número tres en el pecho y los brazos alzados apuntando al cielo, Williams descargó sus lágrimas sobre el césped del Ahmad bin Ali Stadium en homenaje a su abuelo una de las figuras clave para que se dedicara al fútbol.
"Creo que soy futbolista gracias a mi abuelo. Él era un buen jugador, venían a verle ojeadores de varios equipos y era de los mejores jugadores de mi pueblo, pero las lesiones le frenaron. He continuado lo que podría haber sido para él", añadió el futbolista del Nottingham Forest.
"Ha viajado por todo el mundo para verme jugar al fútbol, desde que empecé en el Liverpool con seis años. Nunca me decía que lo había hecho bien, porque solo quería que mejorara día a día, y por eso estoy hoy aquí. Le quiero dedicar este partido a él, porque sé que me está viendo desde allí arriba con mucho orgullo".
Rja