Un solitario tanto de Pablo Sarabia en una acción de garra de Marcos Llorente premió la mejoría de la selección española en el Stade Ginebra, donde firmó con un partido serio su primer triunfo y endosó la tercera derrota a Suiza que la deja sin opciones en el grupo.
La obligación residía en la reacción. Un mal resultado habría enterrado a las primeras de cambio las opciones de repetir presencia en la final a cuatro de la Liga de Naciones. Dejaría en el olvido el buen recuerdo de Milán, cuando una acción polémica ante Francia alejó a España del título, y habría alimentado las dudas en año de Mundial. La selección rejuvenecida por Luis Enrique, que tan buen sabor de boca dejó en momentos de grandeza, no podía permitirlo.
La tarea no era sencilla porque Suiza es un rival que siempre se atraganta. En su terreno aumentaba la dificultad, por lo que los hombres de Luis Enrique desterraron los errores defensivos a base de concentración e intensidad en la marca. No atraviesan un momento de inspiración con balón, posiblemente por el momento de temporada en el que llegan los últimos partidos con una saturación de calendario insostenible. Pero España golpeó cuando encontró el momento y manejo el partido.
Los errores de Praga provocaron el cambio de identidad con rotaciones masivas de Luis Enrique. Salvo con Gavi, un futbolista imprescindible del que es fácil olvidar que apenas tiene 17 años. Su descaro, la potencia defensiva, la calidad con balón, la entereza con la que soporta entradas duras. Una madurez impropia para un jugador que asume responsabilidad ante la ausencia de Pedri.
Ninguna de las dos selecciones se podía permitir la derrota y se palpó en la intensidad del partido. España castigó el primer error suizo. En salida de balón. Con Ferran Torres atento para el robo, Marcos Llorente explotando su potencia física y el pase tenso para la anticipación de Pablo Sarabia. Con la punta de su bota izquierda, rozando el fuera de juego, respondió nuevamente a la confianza ciega de Luis Enrique en días en los que busca equipo y una salida del PSG que le mantenga entre los elegidos para el Mundial.
Arriesgó en exceso en salida de balón la selección, al límite del error con Unai Simón. Rebajó en exceso la velocidad de juego y lo pudo acabar pagando con un tanto en contra. A los 23 minutos, un error de marca de Azpilicueta, permitía a Embolo rematar solo en el segundo palo al lateral de la red. Solo desde el balón parado se acercaba Suiza, con otro remate cerca del palo, de Cömert, al borde del descanso tras córner.
El poco balance ofensivo español se limitó a Sarabia, que encontró un socio en las subidas de Jordi Alba pero definió arriba la devolución de la pared. En la segunda parte, los riesgos que debía tomar Suiza para no encajar su tercera derrota, presentarían más espacios para aumentar el peligro. La emoción del encuentro duraría lo que tardase la inspiración ofensiva de España y su momento no es precisamente dulce.
Ferran Torres tuvo la primera, con un disparo desde la frontal. Morata buscaba la suya en un partido ingrato para ser 9, de pelea, sin recibir balón en zona de peligro. Y en la lucha siempre asoma la cabeza Marcos Llorente, que lo acarició de zurda. No pasaba apuros defensivos España, bien situada, y Luis Enrique buscó en Dani Olmo y Marco Asensio el paso definitivo al triunfo.
Asensio en la izquierda, entrando hacia dentro, con el gol en mente lo buscó de derecha en momentos donde España quiso anestesiar al rival con la posesión de balón hasta un final con incertidumbre. La provocó Unai Simón, un espectador más hasta que realizó una mala salida fuera del área a un balón largo, que pudo costar el empate si Embolo no hubiese rematado fuera con la portería vacía. No impidió que España firmase su primer triunfo para relanzar opciones ante el ritmo que marca Portugal en el grupo.
AM