Dolido por la enésima lesión y el llanto incontrolable de Paul Pogba, cuando sintió un tirón en el minuto 21 para irse desconsolado al vestuario, sin explicación por su enésimo contratiempo en su primer partido como titular desde su regreso a Turín, un trallazo de Nicolo Fagioli desató el triunfo del Juventus, agrandado al 2-0 por Bremer, rumbo a la Liga de Campeones, aún pendiente de la revisión de su sanción.
Mientras aguarda la vuelta de las semifinales de la Liga Europa contra el Sevilla, de nuevo en la segunda posición, una victoria por delante de Inter y Lazio y con ocho puntos de diferencia sobre el Milan, quinto, a falta de nueve por disputarse, nada más una cuestión disciplinaria puede discutir o impedir la participación la próxima temporada en la máxima competición europea del club turinés vía Serie A, mientras lamenta el infortunio de Pogba.
Minuto 21. Pogba, titular este domingo en competición oficial un año después, en el once del Juventus por primera vez desde el amistoso del pasado 23 de julio contra el Chivas Guadalajara, antes de su operación de menisco y de una serie de dolencias musculares, volvió a lesionarse. A falta del alcance, parece muscular. La temporada se acerca a su final.
Un nuevo revés para el centrocampista, fuera del Mundial 2022 con Francia y de casi toda la campaña, reaparecido en acción el pasado 29 de enero (otra lesión lo mantuvo después de baja un mes, hasta febrero) y lesionado de nuevo este domingo, en el tramo final de un curso cruel, aciago, con Pogba. Notó su lesión de inmediato, nada más intentar un pase largo. Lo sabía. No había consuelo. También se dio cuenta Allegri a toda velocidad.
Pogba se llevó las manos a la cara, se lanzó al suelo, lloró, no pudo contener las lágrimas, se tapó la cara, fue atendido sobre el césped y emprendió el camino fuera del terreno de juego en medio del llanto, con la camiseta tapándose el rostro. Su compañero Ángel Di María bajó del banquillo a buscarlo, a consolarlo, a darle ánimos, a abrazarlo. Un mazazo para Pogba, sustituido en el minuto 24 por Milik. Las pruebas médicas determinarán el alcance.
Su tristeza marcó el encuentro, que comenzó con el homenaje del Juventus a Bonucci por sus 500 partidos como 'bianconero'. Había jugado bien hasta entonces el internacional francés, con movilidad, con presencia, situado como el segundo hombre más adelantado del esquema de Massimiliano Allegri, que perdió revoluciones ofensivas desde su lesión hasta el descanso, con más amagos que tiros, con un par de cabezazos de Bremer como argumento.
La insistencia creció después. En cuanto asumió todo lo sucedido, en cuanto entendió que, más allá de la lesión de su compañero, la exigencia no para, surgió del vestuario con más ambición, más recursos y un derechazo incontenible de Fagioli con el que derribó el muro al que se había encomendado hasta entonces el Cremonese, al límite de la caída a la Serie B.
Fagioli marcó la diferencia en el minuto 55. Un alivio para el Juventus, en el enredo ofensivo por el que había transitado casi hasta entonces. Un golpe para el Cremonese, que se propuso desde entonces -no le quedaba otra, porque el descenso parece ya un destino casi irremediable, a seis puntos de la permanencia a falta de tres jornadas- mucho más en ataque de lo que había hecho en todo el tramo anterior.
Fue capaz el conjunto visitante, desaparecido en ataque hasta entonces, de conectar un par de tiros, rondar el área contraria, competir más en campo rival. Nada del otro mundo, pero mucho más que antes. El gol anulado en el minuto 73 a Milik, por un justo fuera de juego, a pase de Ángel Di María, lo mantuvo vivo para el tramo final. También cuando Rabiot, a servicio del 'Fideo', perdonó el 2-0. No lo hizo Bremer, con un cabezazo en el 79: 2-0.
MN