Frente al Estadio Jalisco, se encuentra otro monumento edificado a la magia que el Brasil de Pelé derrochó durante aquella justa. Plaza Brasil, es la obra del escultor Miguel Miramontes. Se trata de un balón enorme que se convierte en base para sostener a tres futbolistas. Uno de ellos, el arquero, logra elevarse más que los demás para quedarse con el esférico.
Aquello hace recordar al cariño que el “Scratch” tuvo hacia el Monumental de la Calzada, en donde disputaron casi todos los partidos de ese torneo, a excepción de la Final que ganaron al conjunto de Italia en el Estadio Azteca.
"Hoy no trabajamos porque vamos a ver a Pelé”, es lo que se puede leer en un rótulo de la Calle Independencia en Guadalajara, en específico en las afueras del Teatro Anda, resaltando lo importante que fue para los tapatíos la presencia del “10” en sus tierras.
El Rey ha muerto, pero su recuerdo prevalecerá. Los debates serán eternos para que se logre coincidir sobre si fue o no el mejor futbolista que ha existido, pero lo que no deja lugar a dudas, fue que el impacto de su talento derrochado inspiró generaciones en todo el mundo y continuará siendo ejemplo en el balompié.
MP