En el banquillo, abrigado, ni siquiera calentó Kylian Mbappé, víctima de una durísima entrada el pasado miércoles en la Copa de Francia, reservado este sábado frente al Lille, para la Liga de Campeones contra la Real Sociedad y un espectador más de la remontada del París Saint Germain, que también sabe ganar sin su fantástica estrella (3-1).
No fue el único que no jugó en el duelo de la vigésimo primera jornada en el Parque de los Príncipes. Tampoco lo hicieron ni Donnarumma ni Marquinhos. Achraf Hakimi, Zaire-Emery y Vitinha entraron en el segundo tiempo. No los necesitó el PSG, el líder incontestable de la clasificación francesa, que espera desde la cima, ya con once puntos de ventaja, el duelo de este domingo del Niza, segundo, contra el Mónaco, quinto.
Le bastó al PSG sin ellos en el once titular o sin utilizar para doblegar al actual cuarto clasificado, al único rival que le ha ganado la 'Ligue 1' en los últimos seis años, a un Lille que se encontró de repente con un gol a favor a toda velocidad.
En cinco minutos. La maniobra desbordante de Tiago Santos por la banda derecha del ataque visitante sobre Beraldo lo originó todo. Su regate al borde de la línea, beneficiado por el rechace, lo enfiló para el centro.
Un rebote después, Yacizi conectó con la izquierda el balón suelto dentro del área ante la imposibilidad de Keylor Navas para oponerse al destino. El portero costarricense no jugaba en el Parque de los Príncipes desde mayo de 2022.
La gestión del 0-1 fue nefasta. Sin sentido, el Lille arruinó su propia ventaja. Primero, el despropósito en la salida del balón de Alexsandro, cortado por Fabián. La recuperación activó en la jugada a Dembélé, quien regaló el 1-1 a Gonçalo Ramos. Apenas habían pasado cuatro minutos entre uno y otro tanto.
La novena asistencia del extremo francés y el séptimo acierto del delantero portugués. No marcaba en la Ligue 1 desde noviembre.
Después, en el 2-1, con un centro de Fabián Ruiz que circuló por el área, entre la pifia de Alexsandro, la desatención de los demás, la incapacidad para alcanzarlo de Gonçalo Ramos y la parábola a la que tampoco se sintió atraído el portero Chevalier, inmóvil porque esperaba un remate que nadie conectó.
Al minuto 16' la remontada ya era irrebatible. Simple inercia. La jugada había surgido de un tiro horrible de Gonçalo Ramos que iba a saque de banda.
La parada de Chevalier con el pie derecho, al borde del descanso, pospuso la sentencia del partido, como también lo hizo después ante Mukiele, hasta que Barcola, desbordante, inalcanzable, decidió que ya era el momento de terminar con el encuentro.
Su trepidante jugada individual por la banda izquierda acabó con el pase a Kolo Muani, con el 3-1 y con el partido. Mbappé lo vio todo desde el banquillo. El miércoles, la Real Sociedad.
MPP