Ucranianos y escoceses se unen, en la tribuna del estadio Hampden Park, contra la guerra

Paz y libertad es la lección que los aficionados quisieron enseñar al resto del mundo.

Jóvenes ucranianos sosteniendo pancartas durante el juego entre Escocia y Ucrania / EFE
Glasgow /

Ucranianos y escoceses dejaron a la puerta del estadio Hampden Park de Glasgow sus ambiciones mundialistas para mostrar solidaridad, unidad y repulsa contra la invasión rusa, en un partido muy emotivo que comenzó con el estadio entero entonando con una voz el himno ucraniano.

Paz y libertad es la lección que los aficionados ucranianos y escoceses quisieron enseñar al mundo, instantes antes de su partido más importante de las últimas décadas, con un estadio sin un asiento vacío.

Escocia juega por clasificarse después más de dos décadas a una nueva cita mundialista, en Qatar, contra un país devastado por la guerra; Ucrania, por su lado. quiere regalar esa felicidad que sólo el deporte puede proporcionar en momentos tan complicados.

“Ojalá el partido no fuera en estas circunstancias”, señala a EFE Clark Gillies, escocés, vestido para la ocasión con su tradicional falda ("kilt"), al lado de su mujer Victoria, de origen ucraniano.

El matrimonio está seguro de que “una vez que el silbato suene, ambos países abandonarán la simpatía que se tienen e irán a por la victoria.”

“Ucrania no quiere ganar por simpatía”, afirma Victoria. “Tampoco querríamos derrotar a Gales por simpatía. Queremos ganar por méritos”
“Escocia también quiere ganar esta noche”, corrobora al lado su esposo.

El fútbol les unió, se conocieron durante la clasificación de Escocia para el Europeo de 2004, en Portugal, cuando Escocia jugó contra Lituania. Ella estaba de intercambio y él pensó "que era lituana”, asegura.

Ambos afirman que la simpatía hay que tenerla “por los refugiados, por los niños que han huido a Polonia y países de alrededor, no por los jugadores de fútbol.”

Mientras ellos hablan, una representación de ambas aficiones cantan el himno ucraniano a las puertas del estadio, pero a menor escala que al inicio del partido en un Hampden Park llenó hasta la bandera -52.000 personas-.

Las aficiones se reunieron alrededor del sonido que desprende las cuerdas de las banduras, instrumento tradicional ucraniano, similar a la bandurria, de Gemma Roberts y Katyrena Katruch, y la potente voz del tenor Vasy.

“Hemos cantado por nuestro equipo, por nuestra gente, estamos muy contentos de estar aquí”, “la gente de aquí es genial, muy grande, muy amable”, dice Katyrena.
“Shen never maree - low - ooo - cry - enee; nee slarva…” (“La gloria y la libertad de Ucrania no ha muerto todavía… La suerte nos sonreirá, hermanos ucranianos”), dice la letra del himno de Ucrania, que después coreó todo el estadio, independientemente del color de su camiseta.
“Es un partido muy importante y emotivo para ambas aficiones, Escocia y Ucrania”, afirma el tenor ucraniano Vasy, consciente de que el resultado otorgará la posibilidad de seguir soñando con la posibilidad de jugar un Mundial.

La Selección de Gales espera el próximo domingo al vencedor de esta semifinal de la repesca, pero, al menos antes del partido, todos juegan bajo una misma bandera.

AM

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