La última pelea en el terreno profesional de la boxeadora mexicana Alma Ibarra, llegó el pasado fin de semana en San Antonio Texas, cuando la pugilista mexicana decidió y prácticamente imploró al referee no seguir en el combate cuando se midió a Jessica McCaskill, hoy Ibarra cuelga los guantes, y aseguró que el retiro ya lo tenía presupuestado meses antes debido a una depresión.
"Es fácil criticar sin saber el trasfondo de las cosas. Desde hace seis meses entré en una depresión y me era muy difícil inclusive levantarme de la cama a entrenar y había decidido retirarme, me dejé convencer de que no era lo correcto sin buscar ayuda", aceptó.
Después llegó la oportunidad y vio en ella lo que tanto había trabajado durante más de una década, "acepté la pelea y fue tal vez uno de los errores más grandes que cometí ya que fueron semanas muy complicadas.
Tuvimos un cierre de campamento increíble el cual nos ilusionaba, físicamente nunca había estado mejor pero algo en el fondo de mi seguía sin estar bien, lo ignoré y en el momento cruial mi mente colapsó".
"Yo debí haber abandonado mucho antes, cuando sentí que todo era demasiado pero suelo complacer a todos antes que a mi, hasta el sábado (pasado) por la noche", advirtió. Así que a los 34 años de edad, el momento de colgar los guantes no esperará más.
"Después de 15 años digo adiós al boxeo, un retiro que había postergado por seis meses y hoy me da paz y tranquilidad que mi vida necesita". Experiencia que le sirve para advertir a sus colegas, "dejemos de romantizar eso que entre más sufrida y sacrificada sea tu vida como boxeradora más mereces".
Rja