El Royal & Ancient Club de St Andrews, que organiza el Open Británico, anunció este miércoles que permitirá competir a aquellos golfistas que se hayan unido al LIV Invitational, la conocida como 'Superliga' saudí.
De este modo, el último 'major' de la temporada sigue los pasos del US Open, celebrado la semana pasada y que también dejó competir a los golfistas que han dejado el circuito americano para apuntarse al proyecto saudí. Esta decisión se desmarca del PGA Tour, que hace dos semanas anunció la suspensión de las licencias de aquellos que participan o participen en el futuro en el LIV.
"Desde que fue disputado por primera vez en 1860, el Open Británico se ha caracterizado por ser un torneo abierto. Es algo fundamental. Aquellos jugadores que se hayan clasificado para la edición de este años podrán participar", dijo en un comunicado Martin Slumbers, presidente ejecutivo del R&A.
Figuras como Phil Mickelson, Dustin Johnson y Sergio García participaron en la primera edición del LIV, que se disputó a principios de junio en Londres, mientras que otros como Bryson DeChambeau y Brooks Koepka, ganadores de Grand Slam, jugarán el próximo evento en Portland a finales de este mes.
El atractivo de la Superliga se basa en premios mucho más jugosos que los del actual PGA, además de muchos menos eventos por temporada y un futuro asegurado, puesto que PIF, el fondo público de inversión de Arabia Saudí se ha comprometido a financiar este torneo por lo menos hasta 2024.
Para hacerse una idea de la magnitud del evento, cada prueba del LIV reparte un bote de 25 millones de euros, más que el campeonato mejor premiado del PGA, el 'The Players'.
Ante esta situación y vista la fuga de golfistas, la PGA se ha comprometido a aumentar los premios y a establecer nuevas recompensas para aquellos jugadores que terminen entre los 50 primeros del ránking.