En Taiahua, Zacatecas, ahí comienza la historia de Saúl Acosta Muro, atleta del equipo Escuadra.
Su vida en el deporte comenzó lejos de la pista de tartán, ya que como la mayoría, su pasión fue el fútbol.
Saúl tuvo la dicha de formar parte de los Mineros de Zacatecas, en la entonces llamada Liga de Ascenso, pero para su mala fortuna, se quedó sin contrato, lo que lo orilló a buscar nuevos horizontes.
Sin embargo, por azares del destino el atletismo llegó como ese salvavidas, con tal de que el zacatecano cumpla su objetivo en la vida.
“Desde chico quise representar a México, en el futbol pero como no se dio, tuve que buscar otro lado, otra oportunidad y aquí se me dio en el atletismo, entonces estoy feliz de eso”.
Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas, ya que a grandes sacrificios, grandes recompensas. Acosta tuvo que desprenderse de un pilar muy importante. Su familia.
“Desde los 15-16 años estoy solo, bueno me fui de mi casa y desde ahí comienza el apoyo de mi familia, he estado solo pero nunca me he sentido solo porque siempre hablo con ellos y ellos siempre están aquí, en mi corazon”
Ahora tiene que ser el ejemplo de su hija, y es en la pista el lugar donde busca convertirse en su héroe.
“Mi niña muy apenas habla pero dice que vaya fuerte, vamos, ve a alguien corriendo y dice papá, ve a alguien jugando futbol y dice papá, entonces creo que vamos por buen camino, quiero ser ese ejemplo para ella, alejarla de los vicios, de la mala vida y yo creo que el deporte va a ser muy importante para ella”.
El atleta de 32 años de edad apunta a lo más alto, y espera dar la marca olímpica en maratón para los Juegos Olímpicos de Paris 2024.
MPP