Rafael Nadal probablemente no habría jugado ningún Grand Slam que no fuera el Abierto de Francia con su lesión crónica en el pie que necesitó inyecciones para mitigar el dolor en París, dijo el lunes el 14 veces campeón de Roland Garros.
El triunfo del español en la tierra batida parisina, con el batió su propio récord histórico en el torneo, le permitió alcanzar su vigésimo segundo Grand Slam masculino, al aplastar al noruego Casper Ruud (6-3, 6-3 y 6-0), con lo que aventaja en dos títulos en el global histórico a Roger Federer y Novak Djokovic.
Fue el "más inesperado" de sus títulos del Abierto de Francia, dijo Nadal a Reuters el lunes después de entrar cojeando en el brillante salón de un céntrico hotel de París.
Preguntado sobre si habría jugado algún otro Grand Slam con la lesión que le obligó a ponerse inyecciones para adormecer su pie, Nadal dijo: "Probablemente no".
"Hemos pasado por muchas emociones. Probablemente el (título) más inesperado y sorprendente, y todo lo que he tenido que hacer para jugarlo hace que el título sea uno de los más especiales", dijo el jugador de 36 años.
Nadal dijo que a causa de la lesión, que también le supuso llegar a París sin ningún título en la tierra batida europea, no confiaba en poder luchar por la conocida como "Copa de los Mosqueteros".
"Por supuesto que cuando llegas con una mala preparación como la que tuve, cada día es un reto: necesitas aumentar tu nivel de tenis cada día", explicó.
Nadal ha comenzado tradicionalmente sus campañas en el Abierto de Francia con al menos un título en tierra batida en su haber, pero este año llegó a la capital francesa con las manos vacías.
"(Ganar esos títulos) te da una seguridad extra si quieres alcanzar al menos el nivel que necesitas para luchar por las rondas finales", dijo el mallorquín.
"Esta vez, antes de que empezara el torneo, no sabía si iba a poder luchar por la segunda semana, así que me tomé las cosas de una en una (ronda)".
AM