Por primera vez desde que regresaron del Mundial de Clubes, los Tigres tendrán una semana larga de trabajo de cara al duelo de la jornada 11 cuando reciban este sábado al Mazatlán FC de Tomás Boy.
Después de llegar a la Gran Final en Qatar ante el Bayern Múnich de Alemania y hacer historia como el único equipo del futbol mexicano y de la Concacaf en llegar al juego por el título en la justa internacional, los felinos volvieron a casa el 12 de febrero para retomar actividades en el Guard1anes 2021.
Pasaron cinco días y volvieron al campo de juego el 17 de febrero para enfrentar al Cruz Azul en el Volcán, duelo que perdieron 0-2, desde entonces y hasta el pasado 5 de marzo, los auriazules jugaron un total de cinco partidos en 17 días.
Se midieron a los Cementeros, a Xolos, San Luis, Toluca y Puebla, con un promedio de un juego cada 3-4 días, sacando un saldo más que negativo, pues apenas ganaron un partido, empataron dos y perdieron dos.
En este tiempo no hubo forma de entrenamientos normales, era juego, recuperación y cuando había una semana con cuatro días entre un juego y otro se hacía un interescuadras.
Ahora para medirse a los sinaloenses sí habrá tiempo de trabajar a conciencia en los aspectos que han venido fallando: la contundencia y la solidez defensiva, pues en estos cinco duelos apenas marcaron seis goles y recibieron ocho.
Este lunes en las instalaciones de Zuazua el equipo hizo trabajo de reforzamiento físico y algunos aspectos específicos en lo táctico, por lo que sería hasta el miércoles que se haga futbol en forma en busca de encontrar el once que recupere el buen nivel futbolístico, la contundencia al frente y además bajar la cortina en la zaga.