El Banco Mundial redujo sus perspectivas de crecimiento económico para México en 2023, de 1.9 por ciento estimado en junio, a 1.5 por ciento; no obstante, para 2022 las proyecciones aumentaron ligeramente, de 1.7 a 1.8 por ciento, y aclaró que este escenario “claramente no es de recesión”; aunque advirtió que si este escenario de presenta en Estados Unidos, afectará a la región en su conjunto.
El economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, William Maloney, señaló que por el momento, no se espera una recesión en México, pero como el resto de los países, sí presenta niveles altos de inflación, aunque se está combatiendo con acciones de política monetaria y el banco central es “bastante competente”.
En videoconferencia de prensa para presentar el informe económico regional, añadió que si en México se busca aumentar las fuentes de alimentación (dado que dentro de la inflación, los precios de los alimentos han subido de forma importante), “es una forma de mantener los precios más bajos”.
Situación en América Latina y el Caribe
Para América Latina y el Caribe, el Banco Mundial estima que el producto interno bruto (PIB) regional crecerá 3 por ciento en 2022, una tasa mayor a lo previsto anteriormente, debido al alza en los precios de las materias primas.
William Maloney señaló que, en general, en América Latina y el Caribe la situación ha sido sumamente difícil en los últimos dos años, debido a la crisis del covid-19 y los impactos de la guerra entre Ucrania y Rusia.
En este sentido, apuntó que si bien el precio de materias primas ha aumentado un poco las tasas de crecimiento en algunos países, en otros ha llevado a un crisis en términos del costo de alimentación y de combustibles.
“Obviamente vamos a seguir con una situación bastante difícil mientras tengamos todavía esos problemas, vamos a ver tasas de interés más altas en Estados Unidos, pero la buena noticia es que hasta ahora se ve la región un poquito más resiliente que hace 20 años, con niveles de reservas en los bancos centrales que son más altos y la determinación de la deuda externa en dólares es mucho menor de lo que había anteriormente”, dijo.
Además, apuntó el economista del Banco Mundial, los sistemas bancarios se ven más o menos estables, por lo que si bien se tiene una situación bastante difícil, la región está en mejor posición en este momento para enfrentarlos problemas, que hace 20 años.
El organismo aseguró que la región está bien posicionada para replantear su trayectoria de desarrollo, pues el empleo prácticamente recuperó sus niveles de pre pandemia, las escuelas reabrieron y, con excepciones en el Caribe, la elevada tasa de vacunación contra el covid-19 permitió el regreso a la normalidad.
No obstante, advirtió, las secuelas de la crisis persisten y deben ser atendidas, ya que si bien la pobreza monetaria descendió de 30 por ciento en 2021 a 28.5 por ciento en 2022, sigue estando en un nivel alto; al tiempo que los costos a largo plazo de la crisis en la salud y la educación deben ser subsanados de manera urgente, tanto para reactivar el crecimiento como para mitigar el aumento en la desigualdad.
En este contexto, el organismo plantea que los países deben analizar cuidadosamente sus opciones de gasto público y de política tributaria para favorecer la equidad y evitar potenciales efectos adversos. Esto incluye mejorar la eficiencia del gasto pues, en promedio, 4.4 por ciento del PIB, o 17 por ciento del gasto público, se malgasta en transferencias mal dirigidas, deficiencias en las contrataciones públicas y políticas de recursos humanos ineficientes.
COG