Desde el pasado primero de enero, el salario mínimo pasó de $141.70 a $172.87 pesos diarios, mientras que en la zona libre de la frontera norte pasa de $213.39 a $260.34 pesos diarios. Ante ello, empresarios y dirigentes de cámaras en la capital informaron que hablar del salario mínimo es un arma de doble filo, ya que el aumento del salario no es proporcional al incremento de la inflación, que este 2022 es del 8 por ciento, lo que genera que exista una pérdida del poder adquisitivo de las personas y los trabajadores.
Magdalena Gaucín, vicepresidenta nacional del Cámara Nacional de la Industria de la Transformación en Durango, dijo que la problemática que se vive con respecto a este problema es grave, ya que, además del costo en los insumos para continuar con operaciones en muchos gremios es mayor que años pasados, lo que genera retraso en obras y a su vez la falta de infraestructura genera carencias y poco atractivo de valor para los inversionistas.
Esto ocurre dos años después de que fueran los mismos órganos empresariales quienes celebraran que en aquella ocasión el salario mínimo no aumentara con respecto a la inflación, puesto que señalan que en ese año mejoró el nivel de vida de las familias.
Dijo que, en teoría con aumento a los salarios, se pretende estar por encima de las líneas de bienestar establecidas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.
“Para que pudiera ser benéfico definitivamente hay dos cosas importantes, el tema del salario mínimo, por ejemplo, de la industria de transformación, normalmente no se paga el salario mínimo, nosotros, no podemos tener trabajadores pagándole su salario mínimo, normalmente es un salario de dos o tres salarios para arriba. Pero hay otras cuestiones como la inflación que definitivamente hace que el trabajador vaya perdiendo el poder adquisitivo”, señaló la, vicepresidenta nacional del Cámara Nacional de la Industria de la Transformación en Durango.