México retrocede en participación laboral y salarial para las mujeres, informan expertos

En el Índice Global de Brecha de Género, México ocupó el lugar 33, posición que va a en declive respecto años anteriores.

Por cada 100 pesos de paga que recibe un hombre por su empleo, una mujer percibe 84 pesos / Pexels
Ciudad de México /

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en conjunto con el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), informaron que en 2023, México se posicionó en el lugar 110 de 146 países en materia de igualdad de género en el ámbito económico, con un puntaje de 60.1, lo que representa un retroceso de dos posiciones en el índice Global de Brecha de Género, en comparación con 2022.

En el reporte anual del WEF, indicaron que el rubro en el que México tiene peor desempeño es en la tasa de participación laboral, ocupando la posición 125, debido a que el 76 por ciento de los hombres participan en la fuerza laboral, mientras que las mujeres solamente abarcan un 44 por ciento.

Además, en el ingreso promedio e igualdad salarial, México ocupa las posiciones 112 y 117, respectivamente.

Brecha salarial de género en México

Con el objeto de promover la inclusión de las mujeres en la economía, el WEF comenzó a publicar desde 2006 el Índice Global de Brecha de Género. Esta medición dimensiona las desigualdades entre mujeres y hombres en cuatro áreas: Participación y oportunidades económicas; Logros educativos; Salud y supervivencia; y Empoderamiento político.

El Índice evalúa y compara a 146 países con un puntaje de 0 a 100; esto quiere decir que el país que registre la mayor puntuación, será la nación que muestre mayor avance hacia la paridad de género. México presenta grandes avances en materia de educación, salud y empoderamiento político, aproximándose a alcanzar el objetivo.

No obstante, Madalina Secareanu, gerente senior de Comunicación Corporativa Indeed en Latinoamérica, señaló que el mayor reto que continúa enfrentando el país es la igualdad en el ámbito económico, ya que existe una diferencia del 15.8 por ciento; es decir, por cada 100 pesos de paga que recibe un hombre por su empleo, una mujer percibe 84.

“Una encuesta de Indeed mostró que 70% de los buscadores de empleo mexicanos revisaba la oferta salarial antes de postularse para un empleo, ya que, a partir de ello, deciden si continuar o no con el proceso”, detalló en entrevista para TELEDIARIO.

De acuerdo con el dato más reciente de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el ingreso promedio para las mujeres fue de 19,081 pesos por trimestre, mientras que para los hombres fue de 29,285 pesos, dando una diferencia de 10,204 pesos, ampliando esta diferencia según la edad, nivel de escolaridad y número de hijos.

Por edad, el grupo de 50 a 59 años fue donde se reportó mayor diferencia, pues una mujer percibe en promedio 23,652 pesos, mientras que un hombre ingresa 37,947. Mientras que por grado escolar, una mujer con posgrado completo o incompleto recibe 73,525 pesos, mientras que un hombre gana 106,412.

En cuanto al número de hijos, el mayor ingreso promedio trimestral monetario fue con quienes tienen un hijo o hija con 22,504 pesos, mientras que el menor ingreso fue con mujeres que tienen cuatro hijos o más con 13,583 pesos, por lo que las madres tienden a buscar empleos más flexibles, reflejando en un 37 por ciento de tasa de informalidad, menores ingresos, trabajo por cuenta propia y jornadas laborales más cortas.

“Todo esto también se relaciona con el término creado por Marilyn Loden: ‘techo de cristal’. Esta metáfora se refiere a los prejuicios inconscientes que impiden a las mujeres y minorías avanzar en sus carreras profesionales”, añadió Secareanu.
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  • Nacional Telediario CdMx

¿Cuántas mujeres con puestos de liderazgo hay en México?

En México, la representación de mujeres líderes es baja, pues según un estudio de Gran Thornton, sólo el 38 por ciento de los directivos en el país son mujeres.

“Es importante destacar que aún persisten injusticias sistémicas y factores socioeconómicos que, combinados con prejuicios conscientes e inconscientes en el lugar de trabajo, así como el proceso de contratación, ponen barreras en las oportunidades de empleo y ascensos para las mujeres”, detalló la experta.

La segregación de ocupación, localización geográfica y cultura organizacional, son algunos de los principales desafíos en el contexto actual para que las mujeres puedan acceder a puestos de poder, pues los estereotipos alrededor de temas como la maternidad, origen étnico e incluso orientación sexual, impiden que la representación femenina avance.

La brecha salarial entre hombres y mujeres es uno de los tres aspectos más importantes de la desigualdad de género / Pexels

De acuerdo con el último Informe Global de Indeed sobre las mujeres en el lugar de trabajo, existe una brecha de género que se extiende a las oportunidades de progresión profesional, ya que la mitad de las encuestadas siente que es más fácil para los hombres que para las mujeres progresar en sus carreras.

Las mujeres citan el sexismo o los prejuicios inconscientes en la sociedad y sus organizaciones como las dos principales razones de esta desigualdad con 56 y 49 por ciento, respectivamente.

El 61 por ciento de las trabajadoras a nivel mundial creen que necesitan trabajar más duro para obtener reconocimiento que sus compañeros masculinos, y el 46 por ciento sienten que es más fácil para los hombres progresar en sus carreras que para las mujeres.

El caso Maktub: dos emprendedoras en el negocio del arte

Secareanu explicó que las mujeres aún se enfrentan a diversos retos para liderar equipos, donde refirió al término llamado 'acantilado de cristal' , el cual se refiere a los desafíos que enfrentan las mujeres en los negocios, que es cuando una organización promueve a una mujer durante tiempos difíciles, lo que hace más probable que fracase en su labor.

Esto implica una posición incierta, pues una persona, sea mujer o no, que toma un rol de dirección durante una crisis económica o un período de reestructuración, ya se encuentra en desventaja y es más probable que pierda su trabajo.

“Desafortunadamente es una tendencia que vemos más con el género femenino y ello se debe a la falta de políticas de equidad efectivas, así como la escasez de oportunidades de desarrollo y promoción”, subrayó.

Este término también es uno de los retos que enfrentan las mujeres que deciden emprender su propia empresa, tal es el caso de Paola Zozaya y Meylim Ortiz, creadoras de Maktub, un proyecto independiente que consiste en una incubadora de inversión, donde se conectan a los artistas con inversores que se interesen por el talento mexicano.

Las dos emprendedoras, se unieron para compartir su pasión por las artes, una por haber vivido la falta de apoyo y la otra por su agudeza para las finanzas, por lo cual decidieron marcar una diferencia en una industria complicada en términos de economía e igualdad.

“De todos los inversores que tenemos únicamente una es mujer, entonces ahí también veo una clara discrepancia [...]. Las mujeres ven más allá del valor financiero de nuestros proyectos y ven el impacto que va a crear en ciertas comunidades”, precisaron ambas empresarias.

En México, la industria artística y cultural tiene altibajos, especialmente por la pandemia de COVID-19 que obligó al confinamiento y cancelación de eventos y presentaciones.

Según datos del Gobierno de México, la producción artística representó un tres por ciento del PIB en México, por lo que los músicos ganan en promedio 6,700 pesos al mes y el 88 por ciento son trabajadores informales. Mientras que otro rubro como los bailarines y coreógrafos, solamente perciben 3,950 pesos mensuales y 61 por ciento se desempeñan informalmente.

Respecto a la población femenina, el Centro de Estudios Legislativos para la Igualdad de Género (CELIG), el 74 por ciento son bailarinas y coreógrafas, 55 por ciento son escenógrafas, el 54.6 por ciento son dibujantes y diseñadoras y 52.8 por ciento son pintoras.

En tanto, las mujeres presentan mayor porcentaje. Sin embargo, esta variable no necesariamente está asociada a una mayor certeza y seguridad laboral, tampoco a mejores salarios, ni entre mujeres y hombres, ni por disciplinas artísticas.

“Empecé como violinista y después de vivir la injusticia y diferencias de clases, decidí hacer las cosas diferentes. Yo viví lo que hoy intento cambiar y busco ser la persona que necesité. No acepto un no por respuesta”, destacó Paola Zozaya.

Por ello, Secareanu destacó que existen programas de apoyo financiero para este tipo de proyectos, mismos que son creados por agencias gubernamentales, organizaciones sin fines de lucro, privadas e independientes.

Apuntó que las opciones son variables, pues hay algunos diseñados específicamente para mujeres empresarias, mientras que otros están disponibles para propietarios de pequeñas empresas, y Maktub es un ejemplo claro de este apoyo.

“Todo se logra trabajando y no hay nada imposible, para eso se crearon herramientas y startups como la nuestra. Estudien mucho y vuélvanse maestros de su arte. Analicen mucho las oportunidades que se les presentan con el día con día y si llegó la oportunidad es porque están listos”, motivaron las emprendedoras.

La experta y las dos emprendedoras, concordaron la importancia de desmitificar estereotipos de liderazgo, la cual es clave para crear ambientes y oportunidades de trabajo justos y equitativos para todas las personas, sin importar su género, edad, etnia u orientación sexual.

“No toquen nada más el agua con el dedito, sino que se avienten de completo a la alberca y que todo va a salir como tenga que salir y al final eso significa Maktub, todo lo destinado a suceder encontrará una forma bella de hacerlo”, concluyeron las emprendedoras.

AFV

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