Irma Serrano, o mejor conocida como 'La Tigresa', era una mujer que en repetidas ocasiones expresó que se sentía segura de su belleza, talento e inteligencia, y esa misma actitud hizo que protagonizara varias relaciones amorosas, una de las más conocidas fue con el ex presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz.
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Quienes conocieron a Irma Serrano, afirman que ella estaba orgullosa de ser 'la otra', ya que en el libro A calzón quitado, la actriz confesó que quiso mucho al ex presidente mexicano y que éste también correspondió su amor.
"Me consentía mucho, nunca me prohibió o me dijo 'no hables de mí'", comentó orgullosa la actriz.
Guadalupe Borja, esposa de Gustavo Díaz Ordaz, sabía de la relación e incluso, intentó sabotear la carrera de 'La Tigresa' pero nunca lo consiguió. Además, el ex presidente no limitó sus muestras de amor, ya que le compró una casa a Irma Serrano, que está ubicada en el Pedregal.
Según testimonios, la casa de 'La Tigresa' era considerada una fortaleza que contaba con estatuas estrafalarias y con un demonio que recibía a los invitados. También había una alberca, una fuente y un amplió jardín.
Un romance prohibido
Mientras duró el romance, Irma Serrano describía la relación como "un cuento de hadas", además ella se benefició del poder que ostentaba Díaz Ordaz, ya que incluso se dice que buscó la cama donde dormían Carlota y Maximiliano de Habsburgo para obsequiarla a la actriz.
Aun con todos esos lujos la relación terminó de manera abrupta con Irma Serrano cacheteando al ex presidente frente a todos los residentes de la casa presidencial en Los Pinos. Los guardias de Díaz Ordaz estuvieron a punto de atacarla con sus armas, pero él lo impidió.
Derivado de esto, se dice que el ex presidente tuvo un desprendimiento de retina, aunque esto nunca fue confirmado. Lo que sí es verídico, es que la actriz y Díaz Ordaz perdieron contacto por completo tras romper su relación.
MRG