Mary Boquitas recordó, durante su podcast “En boca cerrada”, que estuvo enamorada de un custodio mientras estuvo en una cárcel en Brasil.
La famosa comentó que no pudo evitar sentirse atraída hacia el jefe de policía, pues era sumamente bondadoso.
“Se llamaba Marcos Bandeira, era el jefe de policía de la casa de custodia y lo veíamos casi a diario. Educado, muy religioso, serio y muy correcto. Poco a poco me fui enamorando de su voz, de sus gestos, de su bondad, aunque nunca fue un amor real y no fue correspondida. Bandeira era casado y hombre de familia y ni él ni yo cruzamos jamás esa línea”, dijo.
Boquitas agregó que, aunque no nunca ocurrió un romance con dicho hombre, siempre existió una amistad.
“Lo mío fue simplemente una larga y bella historia de amor que sólo existió en mi cabeza, aunque creo que él se dio cuenta, pero no dijo nada para no avergonzarme. Lo nuestro nunca pasó de una agradable amistad que me llenaba de esperanza en esos interminables días grises, el amor más puro e inocente que pensé que nunca iba a vivir”, mencionó.
¿Mary Boquitas ocultaba su enamoramiento a todos?
Mary Boquitas prefería que su enamoramiento se mantuviera en secreto, especialmente, para que Gloria Trevi no lo contara a Sergio Andrade.
“Todas estas maravillosas confesiones entre presa y carcelero sucedían en el más absoluto secreto porque si Gloria se enteraba y se lo contaba a Sergio, esto podría ocasionarme grandes problemas (...) por lo menos me consolaba que Sergio ya no reinaba en mi corazón, porque en mi corazón ya había otro”, dijo.
¿Mary Boquitas perdió un bebé de Sergio Andrade?
Mary Boquitas dio a conocer que, sin su consentimiento le practicaron un aborto cuando esperaba un bebé de Sergio Andrade. La famosa creyó que un hijo podría ayudar a que el productor dejara de golpearla, sin embargo, no fue así.
“Se acabaron los golpes ahora que estoy esperando bebé (...) los siguientes días transcurrieron en silencio y yo llegué a pensar que Sergio se estaba resignando a la idea de que iba a ser papá. Gloria no supo nada de esto (…) Una parte de mí, un pedazo de mi ser había sido cruelmente extirpado y con él, mi ilusión de vivir (...) por fuera intenté poner mi mejor cara, tenía que aprovechar esas buenas rachas de mi esposo fuera como fuera, aunque creo que todavía no entendía el alcance de lo que me acababa de pasar, o mejor dicho, lo que me acababan de hacer sin mi conocimiento y consentimiento, simplemente me refugié en mi inocencia”, concluyó.