Pinocho, la nueva película del director de cine Guillermo del Toro, se ha convertido en una de las favoritas a nivel nacional, según Netflix. El cineasta realizó este filme en colaboración con el Taller del Chucho donde se demostró que el talento mexicano puede sobresalir a nivel internacional.
Juan José Medina y Karla Castañeda, encargados del departamento de arte en el Taller del Chucho quienes mencionaron que las producciones en Jalisco y México "están bien hechas".
El Taller del Chucho es un espacio construido en Zapopan para las nuevas generaciones de animadores, un proyecto consolidado por la Universidad de Guadalajara y Del Toro, pero que incluso, fue la locación donde se filmó y produjeron algunas escenas de Pinocho.
“La universidad cree completamente en la palabra de Guillermo, fue un proceso de más de 23 años para adaptar un espacio que se tenía aquí en la Universidad de Guadalajara y poder construir ahora estos espacios que son talleres de construcción para ricks, marionetas, foros, bodegas, etcétera”, explicó Medina.
Ninguno de estos artistas tapatíos tuvo claro desde pequeños que querían ser al crecer, sin embargo, con perseverancia, siguieron sus sueños y dejaron fluir su creatividad, lo que los llevó a participar en este proyecto y otros de índole mundial gracias a la animación stop motion.
“Descubro la narrativa cinematográfica, el lenguaje, y pues todo el mundo, los maestros etcétera. Dicen, pues que hay un buen potencial porque ya hay un dominó, de plástica, de dibujo, pintura, la escultura, entonces la incursión en la animación se da de una forma muy natural, no fue algo buscado, es algo con los que tropiezo y es algo con lo que llevo 25 años trabajando”, dijo Medina.
Castañeda conoció a Guillermo en un festival en Francia, pero en el caso de Medina, su historia va más allá y recuerda como desde los años 90, antes de ser un reconocido cineasta, Del Toro ya apostaba y aconsejaba a los futuros directores y productores del séptimo arte en Guadalajara.
“Era muy chistoso porque él decía a ver de ustedes 40, si acaso uno de ustedes güeyes va a hacer cine, esto es una carrera muy complicada que le tienen que dedicar cuerpo y alma, entonces es muy probable que no todos ustedes lo pueden hacer pero vamos a ver quién de ustedes lo logra, ese fue mi primer acercamiento cuando no era famoso cuando la gente no corría a pedir autógrafos y tomarse fotos con él”, mencionó Medina.
Guillermo nunca les perdió la pista a los cineastas tapatíos, y como un regalo a su tierra natal, los invitó a formar parte de Pinocho.
“Él en su momento dijo, ‘yo quiero que una parte de Pinocho se produzca en mi tierra y que estas personas participen de alguna manera u otra’, entonces fue una decisión de él, quizás no era lo mejor para la producción tener una unidad aquí en Guadalajara, pero era algo que Guillermo le quería hacer a su ciudad, a la UDG, con la que creció y por supuesto a nosotros”, manifestó Medina.
La parte que se produjo en Guadalajara, “La antesala de la muerte”, según Carla, fue la escena ideal para realizarse en tierras jaliscienses, pues cada uno de los artistas mexicanos implicados en esta producción, ha dirigido parte de sus obras a este concepto.
“Guillermo, creo que también supo dónde hacerlo, dónde hacer esta parte, qué tiene que ver con la muerte y que en la obra de todos creo, ahí está parte en común, qué es la muerte, la ausencia, la pérdida y creo que hay gente que ve la película y que luego luego dice ‘esto se hizo en Guadalajara’”, comentó Castañeda.
El equipo para grabar Pinocho en Guadalajara, constó de entre 40 a 50 personas de todas partes del mundo que se acercaron a la Perla Tapatía para participar en la obra que le tomó más de 15 años perfeccionar a Del Toro, pero es un ejemplo de que se pudo lograr, estos consolidados artistas de talla internacional alentaron a los nuevos animadores a alcanzar sus objetivos.
“Es como voltear un poco a ver a México, Guadalajara, la animación, y ahora la animación stop motion, que mucha gente igual no sabía muy bien lo que era y te preguntaba ni eso, y ahora es lo que está pasando con Pinocho, creo que ver la película y ver de pronto el documental que hay en Netflix, la gente está viendo, está interesándose, porque es lo que hay y de repente llegan y las nuevas generaciones, niños chiquitos de pronto, cómo puedo empezar a hacer una historia o personaje”, mencionó Castañeda.
Actualmente, parte de las marionetas usadas en la película están exhibiéndose en la Cineteca, así como en el museo de Arte Moderno de Nueva York.
Para el Taller del Chucho, esto es sólo el inicio, ya que siendo el estudio de animación más equipado y grande de Latinoamérica, se vienen más producciones que pondrán a Guadalajara en la mira del mundo entero.
AA