Comenzó como un proyecto divertido. Un mono blanco, adornado con el número y las iniciales del mariscal de campo de los Cincinnati Bengals, Jake Browning.
Taylor Damron se lo había hecho a su prima, la novia de Browning, Stephanie Niles, para que lo usara en el partido del 7 de enero contra los Cleveland Browns. Luego, el outfit se volvió viral.
“Al día siguiente, me desperté y el mundo se me había caído en el regazo”, dice Damron, de 29 años.
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El diseño de Taylor que saltó a la fama en Internet es solo una historia de cómo la ropa femenina para fans se ha convertido en el centro de atención. Solo unos días después, Taylor Swift se pondría una chaqueta acolchada roja con el número de su novio y ala cerrada de los Kansas City Chiefs, Travis Kelce, para su partido contra los Miami Dolphins. Al cabo de un mes, la diseñadora de esa chaqueta, Kristin Juszczyk, conseguiría un contrato de licencia de la NFL.
Estas meteóricas historias de éxito han ilustrado la potencia de un mercado de ropa deportiva femenina que fusiona la moda y la cultura de los fanáticos. También han destacado lo difícil que es para los creadores más pequeños e independientes entrar en el negocio, especialmente los diseñadores negros, que popularizaron e innovaron la ropa deportiva como ropa femenina hace dos décadas.
¿Jugadores de NFL han utilizado diseños de Kristin Juszczyk?
Antes de que Swift catapultara la ropa de Juszczyk a un nuevo nivel de atención, la diseñadora de 29 años consiguió seguidores en línea reutilizando camisetas para convertirlas en prendas de más alta costura mientras asistía a los juegos de los 49ers de San Francisco para apoyar su marido, el lateral Kyle Juszczyk. Su elegante costura de la NFL se ha extendido a los socios y seguidores de otros jugadores en toda la liga, incluidos Simone Biles, Taylor Lautner y Brittany Mahomes.
Antes de que Kristin enviara las chaquetas de Swift y Mahomes para el partido del 13 de enero, tenía alrededor de 100 mil seguidores, según Social Blade. En un mes, tenía más de 1 millón.
Con su licencia oficial en mano, Juszczyk diseñó chalecos acolchados que conmemoran el Super Bowl LVIII, lucido por celebridades. Uno de esos chalecos se vendió por 75 mil dólares y las ganancias se destinaron a la Fundación Nacional contra el Cáncer de Mama. La propia Kristin vistió una chaqueta cosida con camisetas, una oda a la carrera futbolística de su marido, para el gran partido del domingo.