Después de dos meses en prisión, actos por los que fue necesario interponer una denuncia ante Derechos Humanos y pagar por lo que consideran, son delitos que ellos no cometieron, fueron liberados tres de los cuatros aficionados de Atlas detenidos por los hechos del pasado 5 de marzo en La Corregidora.
En charla para Canal 6, Juan Álvaro compartió lo que vivió junto al resto de sus compañeros, las irregularidades que observó durante dos de las audiencias que vivió, así como su sentir después de los lamentables hechos.
“Ha existido una censura de los medios de comunicación. Mi detención se realizó con demasiadas arbitrariedades, manipulación de datos con una colaboración de la Fiscalía de Querétaro con la Fiscalía de Jalisco. Vimos venir una bola de nieve en la que nos estaban exponiendo, éramos carne de cañón, una cacería de brujas.
Una persecución sobre 19 personas que nos estaban buscando, en ese entonces una orden de aprehensión sobre cuatro. Lo que ellos quisieron hacer fue voltear la situación, convertirnos de víctimas a victimarios, lo viví en carne propia”, dijo.
¿Cuál es tu sentir de la situación?
“Te hacen decir que cometiste el delito, que te apegas a la que será la sentencia, que no vas a hacer nada para apelarlo, se hace una marrullería de lo peor, en todo momento se acreditó que no se cometió un delito, al menos de nuestra parte, en mi caso con videos, dos de las personas detenidas fueron parte de los agraviados, sus partes médicos aparecen en las carpetas, estuvieron inconscientes durante los actos y aún así los acusaron de intentar golpear”.
¿Cuáles fueron los términos de tu liberación?
“Ellos argumentan que es una reparación del daño para las personas ofendidas, pero estoy seguro que a las personas ofendidas no se les ha buscado, están utilizando el nombre de otros para pedir una reparación del daño de una denuncia que no interpusieron, no sé qué vayan a hacer con el dinero. Suspendieron mi INE y mis derechos como ciudadano mexicano”.
¿Todos fueron liberados?
“Antes que nosotros salieron 17 personas, de los cuales me quisieron poner otras 10 denuncias, pero mi abogado logró tumbar 10 carpetas por falta de evidencia, a otro de mis compañeros, que es el que sigue preso, lograron echarle una carpeta más, pero el que lo señala es de los principales agresores que se ve en los videos, una persona de complexión robusta y camisa azul y es la razón por la que no pueden darle libertad. No quiero pensar más en que será fuerte, hablé con él, no es lo mismo el estar los cuatro que él solo, lo queremos con nosotros”.
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¿Cómo fue el proceso?
“Nosotros al llegar al penal, ya estaban todos enterados que iban cuatro personas de Atlas, nos tienen en un área aislados por seis días, nuestros juicios están manipulados. Se me juzga por una fotografía, una acción, que yo corroboré con cinco videos tomados de cinco ángulos diferentes acreditando mi actuar, una declaración de dos horas con testimonios y muchas situaciones.
Se da el argumento donde se solicita mi libertad, mi defensa acredita que no estoy cometiendo un ilícito, me veo levantando a la gente y pidiendo que replieguen y responder una agresión que nos hicieron por la espalda, donde estas personas venían con armas, se ve un pisotón, se ve claramente que es para desarmar a la persona que claramente quería apuñalar a mi compañero.
No querían aceptar mi evidencia que se les entregó por medio de USB. Los cuatros detenidos nos dispusimos a rentar un domicilio en Querétaro, pagado con nuestro dinero, estar arraigados con vigilancia las 24 horas y nos lo negaron, se pidió Prisión Preventiva, pero Fiscalía no responde el argumento y el juez dio a entender ‘por que yo quiero, se quedan en Prisión Preventiva’.
¿Cómo fue el trato que recibieron en prisión?
“Vivimos un proceso en uno de los módulos nosotros por 29 días, en el cual te despiertan a las 7 de la mañana, te sacan de tu celda y te sientan en unas palapas realizando acondicionamiento físico, castigos absurdos, yo tenía insolación, vértigo.
Si lo fue (diferente el trato), se entiende, estamos en su estado defendían a su gente y de inicio nos veían como los incitadores. No podíamos cubrir nuestras necesidades básicas, nos cerraban las puertas en las celdas y nos daban una cubeta para hacer nuestras necesidades.
Los 29 días que estuvimos en la segunda área conocimos mucha gente, muchos, cuando escucharon nuestra versión, se pusieron de nuestro lado. Al principio no era así, hubo incluso oficiales que iban a nuestras celdas a cantarnos canciones de Gallos a manera de provocación. Creo que había gente esperándonos, lo noté, pero conocimos gente que nos dio un respaldo, de manera judicial e interna”.
¿Temieron por su vida?
“Yo detecté una consigna por dejarnos ahí, comenté varias situaciones porque ya había amenazas, cada que salíamos a una audiencia o notificación debíamos pasar por áreas comunes y en donde nos hicieron varios comentarios: ‘Mis rojinegros, acá estamos los de Gallos, los esperamos’. Para nosotros el cargo psicológico era tanto que consideramos que la única forma de salir en libertad era que sufriéramos una agresión, todo mundo nos decía que no comentáramos que éramos de Guadalajara, que no éramos del Atlas, ni del caso Gallos.
No teníamos por qué negarlo, no cometimos ningún delito. En las bitácoras del reclusorio se puede ver, los reportes médicos, las audiencias, yo no me siento mentalmente al 100%, voy a tardar mucho en sanar, existen algunas cosas que sinceramente dirán que no hubo esos tratos, pero si, al principio fue así, fue cambiando conforme llegaron quejas y denuncias ante Derechos Humanos”, finalizó.