Un avión de caza ruso Su-27 chocó contra una aeronave no tripulada MQ-9 Reaper sobre el Mar Negro, lo que provocó la caída del dron del Servicio de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Según el mando militar de Estados Unidos en Europa (por sus siglas en inglés, USEUCOM), el dron estadunidense estaba realizando operaciones de rutina cuando un avión ruso lo impactó, lo que resultó en un accidente y en la pérdida total de MQ-9.
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Asimismo, la USEUCOM destacó que en varias oportunidades uno de los aviones rusos "arrojó combustible" y voló delante del dron "en forma irresponsable, ambientalmente cuestionable, y poco profesional".
Al respecto Washington comunicó que condenó la colisión "temeraria" del avión ruso, y destacaron que no es raro este tipo de situaciones.
"No es raro... que aviones rusos intercepten aviones estadounidenses sobre el Mar Negro", declaró a periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, refiriéndose al procedimiento habitual de un avión haciendo contacto visual o electrónico con otro.
Sin embargo, recalcó que esta vez "es digna de mención por lo insegura y poco profesional que fue, de hecho fue imprudente". Kirby agregó que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había sido informado sobre el incidente y que el Departamento de Estado iba a expresar sus preocupaciones a Moscú.
"No necesitamos tener ningún tipo de registro con los rusos antes de volar en el espacio aéreo internacional. No hay ningún requisito para hacer eso, ni lo hacemos", agregó el funcionario.
Cabe mencionar que Estados Unidos usa el MQ-9 Reapers tanto para vigilancia como para ataques y ha operado los drones en una variedad de lugares, incluso en Medio Oriente y África. Otros países, incluidos el Reino Unido y Francia, también utilizan Reapers.
MRG