El 4 de octubre de 1582 indica una fecha significativa en la historia del tiempo: fue el último día en el que el mundo occidental utilizó el calendario juliano, que había estado en vigor desde la época de Julio César.
Al día siguiente, el calendario gregoriano, impulsado por el Papa Gregorio XIII, entró en vigor, sin embargo, este cambio no fue tan simple como saltar de un sistema a otro, ya que trajo consigo una pérdida de diez días, el viernes 15 de octubre fue, en realidad, el día que siguió al jueves 4 de octubre.
El propósito principal de esta reforma era corregir un desfase astronómico que había surgido a lo largo de los siglos, desde el Concilio de Nicea en 325, el calendario juliano, que se basaba en una estimación inexacta del año trópico, acumuló un error de 10 días.
¿Cuál era el error del calendario juliano?
El desfase había desplazado el equinoccio de primavera al 11 de marzo en lugar del 21 de marzo, que era la fecha originalmente establecida, este problema afectaba directamente a la determinación de las fechas de la Pascua y otras festividades religiosas móviles, lo que motivó la necesidad de ajustar el calendario.
La reforma del calendario gregoriano, impulsada en gran medida por el astrónomo jesuita Christopher Clavius, introdujo un sistema más preciso.
El año trópico, que es el tiempo que tarda la Tierra en completar una órbita alrededor del sol, tiene una duración exacta de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45.16 segundos. El calendario juliano redondeaba esta cifra a 365 mil 25 días, lo que resultaba en un exceso de 11 minutos por año.
A lo largo de más de 1 mil 200 años, este pequeño desfase se acumuló, resultando en un error de aproximadamente 10 días.
Calendario Gregoriano ajustó las reglas de los años bisiestos
Para corregir este error, el calendario gregoriano ajustó las reglas para los años bisiestos. Bajo el sistema juliano, cada cuatro años se añadía un día adicional.
Sin embargo, el calendario gregoriano introdujo una nueva norma: los años bisiestos seguirían siendo aquellos divisibles por 4, pero con una excepción para los múltiplos de 100, que solo serían bisiestos si también eran divisibles por 400. Esto significa que el año 2000 fue bisiesto, pero el año 2100 no lo será.
El impacto de la reforma no se limitó a Europa católica. Aunque la mayoría de las naciones católicas adoptaron el calendario gregoriano de inmediato, las zonas protestantes tardaron más en hacer el cambio.
Gran Bretaña no lo adoptó hasta 1752, Japón en 1873 y Rusia, ya bajo el régimen soviético, en 1918. En Rusia, el cambio fue tan drástico que el jueves 14 de febrero fue seguido por el miércoles 3 de enero, y la Revolución de Octubre de 1917, en realidad, ocurrió en noviembre según el calendario gregoriano.
El cambio de calendario también provocó curiosas situaciones históricas. Por ejemplo, Santa Teresa de Jesús falleció el 4 de octubre de 1582, pero fue enterrada el 15 de octubre.
Además, aunque Cervantes y Shakespeare murieron el 23 de abril de 1616, sus muertes no ocurrieron realmente el mismo día, ya que Inglaterra aún usaba el calendario juliano en ese momento.
Este ajuste en el calendario no fue bien recibido por todos. Muchas personas creían que la Iglesia les había robado diez días de vida, lo que generó protestas en algunas regiones.
A pesar de las dificultades iniciales, el calendario gregoriano sigue siendo el estándar internacional en la actualidad.
ERV