Un bar de Sevilla, España, publicó una oferta de trabajo para la temporada de verano que indica que busca a camareros o camareras con mucha experiencia en el sector de los restaurantes, y que preferentemente debían ser mayores de 45 años.
Este anuncio de búsqueda de personal fue publicado por la cafetería Donald en su página de Facebook. Este histórico establecimiento en Madrid, ubicado en la calle Canalejas, se vio obligado a estar cerrado por falta de meseros por primera vez en 50 años.
El dueño del bar, Mariano García, denunció que el Donald ya no tienen una plantilla suficiente para poder trabajar con los horarios completos, los turnos y los descansos de sus trabajadores, por lo que decidió apostar por trabajadores veteranos frente a jóvenes, quienes apenas muestran interés por formarse para este oficio, según una entrevista con el diario ABC.
Donald ha tenido experiencias como para no contratar a personal que no tiene conocimiento. Según declaraciones reunidas por el diario ABC, García se cansó de la informalidad de los jóvenes y dijo lo siguiente.
“Algunos desaparecen y a otros te cuesta pagarles el finiquito como si trabajaran un mes más (…) Ni les gusta la profesión, ni quieren aprender, sólo quieren echar sus siete horas y salir corriendo”, explicó.
El gerente de Donald también se ha quejado de tener que pagar el mismo salario a una persona “sin idea” que a alguien profesional.
“Me cuesta dos mil 400 euros al mes enseñar a una persona entre el sueldo, seguridad social, retenciones… No puede ser que una persona sin carrera cobre lo mismo que quien sí la tiene”, comentó.
García, después de diferentes intentos fracasados al momento de escoger a nuevos empleados, lamentó que en España no hay personas cualificadas pese a que está feliz con su plantilla de camareros y cocineros más asentada.
El propietario del mar tomó esta decisión tras el último caso que vivió en su negocio, cuando llegó un mesero nuevo y le dijo que tenía problemas con su banco, por lo que le pedía que le pagara con efectivo. Mariano García estaba acostumbrado a pagar a sus trabajadores cada día 25 de mes, pero el camarero cobró un día y desapareció una semana.
“Es una lástima que ahora hay gente que te tira la copa o el vaso encima y antes había otro punto distinto”, mencionó un señor anónimo.
AA