El 9 de enero, un grupo de 10 hombres armados y encapuchados ingresaron a las instalaciones del canal TC Televisión de Ecuador y durante una transmisión en vivo, privaron de la libertad y amenazaron a los empleados, quienes no tuvieron más opción que ceder a los órdenes de los criminales.
La situación se tornó confusa y peligrosa a los pocos minutos, ya que los criminales no sólo habían tomado el canal de televisión, sino otras áreas de Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador.
Una experiencia que les inyectó el miedo a morir
Al respecto, Alina Manrique, jefa de redacción del noticiero afectado, mencionó para AP que los criminales le pusieron un arma en la cabeza y que debido a ello, tuvo que enfrentar un pánico indescriptible pues pensaba “en mi vida entera, en mis dos hijos”.
Manrique comentó entre lágrimas que, en cuestión en minutos, “todo se vino abajo” al vivir “el terror en vivo”. Los empleados no sabían cuántos criminales habían llegado al canal, y asumieron que “tal vez más de 20” eran los responsables, mismos que según Manrique “llegaron fuertemente armados y decían que tenían bombas, que nos iban a matar”.
“La policía ingresó a tratar de tomar el control […] Los delincuentes -seis estaban allí en el set- les dijeron que se vayan o nos mataban. Yo solo lloraba del pánico”, agregó la periodista.
La mujer señaló, que varios responsables del atraco se escondieron en otras partes del canal, situación que incrementó el nerviosismo de todos los presentes.
“Los delincuentes nos amenazaban como si fuera un show: las dinamitas y granadas… Enseñaban explosivos, así como sus armas largas. Nunca en mi vida había tenido tanto miedo”, comentó Manrique.
Lágrimas y gritos de desesperación invadieron el noticiero
Confirme pasaron los minutos, Manrique recuerda que se escuchaban gemidos de dolor de una persona tras los disparos percutidos por los delincuentes, más al mostrar que tenían granadas.
El hecho fue transmitido en vivo por al menos 15 minutos, antes de que la transmisión fuese interrumpida, pero el pánico de las víctimas duró mucho más.
Boris Jiménez, director de cámaras en TC, agregó para AP que el 9 de enero fue “un día de pánico, de terror”, pues nadie sabía qué iba a pasar.
“Todo fue confusión y caos; aún no asimilamos que fuimos rehenes, en nuestro propio trabajo, con una emisión de El Noticiero en vivo, de los delincuentes más contumaces, en uno de los sectores más importantes y emblemáticos de Guayaquil”, agregó Jiménez.
El director agregó que “estamos vivos de milagro” y que al salir, lo único que deseaba era abrazar a su esposa e hija.
MRG