La administración del presidente Donald Trump enfrenta una crisis tras la filtración de conversaciones internas de alto nivel sobre seguridad nacional. La información fue revelada accidentalmente cuando un periodista de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, fue incluido por error en un chat de la aplicación Signal, donde altos funcionarios discutían planes militares sensibles.
Según el reportaje de The Atlantic, en este chat se compartieron detalles operativos sobre un ataque contra la milicia hutí en Yemen, apenas dos horas antes de su ejecución. El incidente ha generado un intenso debate sobre la seguridad de las comunicaciones en la Casa Blanca y la posible negligencia de sus funcionarios.
Entre los participantes del chat estaban figuras clave del gabinete, como el secretario de Estado, Marco Rubio; el secretario de Defensa, Pete Hegseth; el director de la CIA, John Ratcliffe; y la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard.
¿Cómo se dieron a conocer los mensajes filtrados de EU?
La publicación del artículo de Goldberg el lunes encendió la polémica. Aunque el periodista se abstuvo de divulgar información particularmente sensible, la administración Trump minimizó el impacto del reportaje, desestimando las afirmaciones de que se compartió información clasificada.
No obstante, dos días después, The Atlantic publicó los mensajes completos del chat, incluyendo fragmentos en los que el Secretario de Defensa detallaba la operación en Yemen.
El gobierno de Trump ha reaccionado con ataques contra Goldberg, calificándolo de “mentiroso” y “sinvergüenza”. El propio presidente lo llamó “perdedor” en declaraciones recientes. Además, el asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz, quien aparentemente cometió el error de agregar al periodista al chat, también lo descalificó públicamente.
Por su parte, la Casa Blanca ha tratado de restarle importancia al incidente. Trump aseguró que la filtración fue “el único problema técnico en dos meses” y que “resultó no ser grave”.
La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, negó que se hubieran discutido planes de guerra y aseguró que ningún material clasificado fue enviado por mensaje. Sin embargo, Goldberg sostiene que omitió publicar algunos textos precisamente porque contenían información delicada.
Otra preocupación surgida del escándalo es el uso de la aplicación de mensajería Signal por parte de altos funcionarios del gobierno. Aunque la plataforma es popular por su encriptación, no es considerada totalmente segura, y los mensajes fueron configurados para autodestruirse. La Casa Blanca ha defendido el uso de la aplicación, afirmando que su equipo jurídico ha brindado orientación sobre las plataformas de comunicación seguras.
¿Qué consecuencias podría tener la filtración de los mensajes?
Tras el escándalo, el Consejo de Seguridad Nacional confirmó que la filtración fue real y que se está investigando cómo se agregó accidentalmente a Goldberg al chat. Sin embargo, Trump ha dejado claro que Waltz no enfrentará ninguna sanción, argumentando que “ha aprendido la lección”.
La oposición demócrata alega que se podría haber puesto en peligro la vida de soldados estadounidenses y pide la dimisión del jefe del Pentágono por haber comunicado los detalles de un ataque previsto en Yemen.
Este nuevo episodio expone nuevamente los problemas de manejo de información en la administración Trump y deja abierta la pregunta sobre qué medidas se tomarán para evitar futuras filtraciones. Mientras tanto, el debate sobre la transparencia, la seguridad de las comunicaciones gubernamentales y la relación de Trump con los medios de comunicación continúa intensificándose.
AM