La tormenta conocida como DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ha dejado una estela de destrucción y pérdida en Valencia, España. Las lluvias torrenciales causaron inundaciones y desbordamientos que provocaron al menos 40 muertes en Paiporta y sus alrededores. Así fue el caso de Antonio, un hombre de 59 años que presenció cómo la corriente se llevaba a su esposa Lourdes, de 34 años, y a su pequeña hija Angeline, de tan solo tres meses.
Todo comenzó cuando la familia salió de compras, como un día cualquiera. A bordo de su coche, la familia se desplazaba desde Paiporta hacia Valencia cuando fueron sorprendidos por la fuerza inusitada de la riada. El agua empezó a ganar terreno rápidamente, y el vehículo comenzó a flotar debido al elevado nivel de agua, que alcanzaba metro y medio de altura.
- Internacional
Antonio, al volante, intentó mantener el control del coche, logrando anclarlo momentáneamente a una señal de tráfico. Conscientes del peligro, Antonio intentó abrirse paso por la ventana del coche para poner a salvo a su hija Angeline, a pesar de la fuerza de la corriente. Finalmente, tuvo que desprenderse del coche, viendo cómo la corriente arrastraba el vehículo y cómo Lourdes y Angeline subían al techo pidiendo ayuda.
“Intenté llevarme a la niña a una rotonda, pero no pude. Lo último que vi fue cómo pedían auxilio desde el techo del coche”, relató Antonio.
¿Qué fue lo último que se supo de la madre?
Lourdes, consciente de la gravedad de la situación, hizo una última llamada a una amiga para que se hiciera cargo de sus otros dos hijos, de 10 y 13 años. Era un acto de amor y preocupación por sus hijos, quienes esperaban su regreso en casa sin saber el drama que su madre y hermana menor estaban viviendo. Esa llamada sería el último acto de Lourdes antes de que la corriente se llevara la vida de ella y de su bebé.
En la noche del miércoles, se confirmó la noticia de que Lourdes y Angeline fueron encontradas sin vida. Su desaparición se convirtió en símbolo de la magnitud de la tragedia que azotó la región. Antonio, quien sobrevivió a la catástrofe, es ahora uno de los tantos que lloran la pérdida de sus seres queridos y enfrentan un futuro incierto tras la devastación de la DANA.
Las tragedias como la de Antonio y su familia han conmovido profundamente a la comunidad valenciana. Las autoridades locales y nacionales han iniciado investigaciones para entender el alcance de los daños y trabajar en la reconstrucción de las áreas afectadas. Sin embargo, para Antonio y muchos otros, el dolor y el vacío que deja la pérdida de sus seres queridos serán difíciles de sanar.
La historia de Antonio es un recordatorio desgarrador de la imprevisibilidad de la naturaleza y del precio humano de estos fenómenos extremos. En Valencia, la DANA ha dejado no solo destrucción física, sino también una profunda herida en el corazón de sus habitantes.
AM