SANTIAGO. - Las protestas en Chile se reanudaron con fuerza el martes pese a algunos intentos de recuperar la normalidad, mientras el presidente Sebastián Piñera intenta convocar apoyo político para frenar las manifestaciones que han dejado 15 muertos, miles de detenidos y cuantiosos daños.
El cuarto toque de queda consecutivo en Santiago no desanimó a los manifestantes, que seguían golpeando ollas y sartenes en masivos "cacerolazos" al caer la noche, en una escena que se repetía en varias otras ciudades a lo largo de Chile, que ya está en gran parte bajo control militar.
Aunque había muchas protestas pacíficas, en varios puntos se levantaban barricadas o estallaban choques con la policía, que usaba gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. El Ministerio Público informó por su parte que apoyará investigaciones sobre violencia estatal.
Las protestas se habían retomado a primeras horas de la tarde, cuando grupos de manifestantes empezaron a congregarse en gran parte del país para reiterar los reclamos por mejoras sociales.
Las mayores centrales sindicales convocaron además a una huelga general el miércoles y jueves. Los trabajadores de la estatal Codelco, la mayor productora mundial de cobre, se sumarán a la paralización el miércoles, dijo a Reuters el jefe de la agrupación de sindicatos.
Durante la jornada, el centroderechista Piñera citó a los principales partidos políticos a una reunión en La Moneda en un intento por buscar soluciones a la crisis, pero las agrupaciones de izquierda opositora como el Partido Socialista, Comunista y el bloque Frente Amplio rechazaron asistir al encuentro.
El Gobierno "aún piensa que estamos frente a una crisis relacionada con el orden público y no con una demanda social acumulada por años de abuso a las chilenas y chilenos", dijo en un comunicado el Partido Socialista, que fue clave en la lucha contra la dictadura de Augusto Pinochet y pilar de los cinco gobiernos de centroizquierda en democracia.
La ministra portavoz del Gobierno, Cecilia Pérez, calificó de "lamentable" la ausencia de algunos partidos de oposición en la reunión con Piñera y dijo que esperaba que pudieran reconsiderar su posición para buscar una salida al estallido social que se desencadenó tras un alza del transporte.
Después de la reunión, el presidente de la Democracia Cristiana, Fuad Chahín, dijo que pidieron rectificaciones a Piñera, como reorientar las reformas que impulsa en tributos y pensiones, señalando que el mandatario se comprometió a hacer anuncios en las próximas horas.
"El presidente tiene que poner fin al estado de emergencia y tiene que escuchar lo que está pidiendo la gente, lo que significa un profundo cambio social. Escuchar a la sociedad civil, no sólo a partidos políticos", afirmó por su parte Heraldo Muñoz, jefe del PPD y canciller en el gobierno anterior.