El riesgo de un supuesto apocalipsis orilló a GitHub, propiedad de Microsoft, a trasladar hace tres años archivos importantes a una bóveda en Noruega, donde estarán protegidos por al menos mil años.
Los datos que ha guardado Microsoft equivalen a un volumen digital de 21 terabytes, y están en el archipiélago de Svalbard, dentro de una antigua mina de carbón a 250 metros de profundidad. Pero, ¿por qué Microsoft decidió guardar información importante lejos de la humanidad?
Pues bien, se dice que su objetivo principal es preservar los datos en caso de que se produzca un desastre global y mucho peor que la pandemia, a tal grado que escale a un apocalipsis.
¿Qué contienen los archivos que protege Microsoft?
Según el Clarín, los archivos son soportes que permitirán su lectura a investigadores del futuro. Dicho material fue impreso en 186 películas en forma de pequeños códigos QR, además los filmes fueron fabricados mediante la aplicación de haluros de plata sobre poliéster.
Debido al material, y estando en óptimas condiciones, los archivos de Microsoft pueden durar hasta mil años o incluso más, por lo que generaciones futuras podrán tener información abierta de la Agencia Espacial Europea, la Biblioteca del Vaticano y de varios museos y archivos corporativos y de Estado, como el Archivo Nacional de México.
Sin embargo, el proyecto aún no termina, ya que se tiene contemplado hacer más bunkers bajo tierra con un propósito más ambicioso: desarrollar un árbol tecnológico de la humanidad y llevarlo también a Svalbard.
Esto ayudará a que generaciones futuras puedan recuperar información relevante de la humanidad en caso de un desastre.
¿Qué otras cosas se han guardado en bóvedas lejos de la humanidad?
Recordar que también existe la ‘Bóveda del fin del Mundo’, donde se almacena constantemente una gran cantidad de semillas de al menos 5 mil 500 especies. Dicha bóveda también se encuentra en Noruega.
Según expertos, fue creada en 2008 al interior de una montaña del Ártico con el propósito de conservar la biodiversidad agrícola del mundo. Y por ello, hace poco fue abierta por investigadores para ingresar semillas de mijo, sorgo y trigo.
Entre las instituciones que han hecho nuevos aportes para la ‘Bóveda del fin del Mundo’ está el Centro Internacional de Agricultura Tropical, quien donó 60 mil muestras de semillas de varios guisantes de mariposa, de trébol, sorgo y frijol.
Mientras que México, por parte del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, ha entregado también varios depósitos en conjunto con el Centro Internacional de la Papa y la Universidad de Costa Rica, quienes entregaron tres especies de arroz.
MRG