ESPECIAL.- Cruzar la frontera para trabajar en un campo es la historia de muchos migrantes mexicanos que van a Estados Unidos; sin embargo, Erica Alfaro demostró que con el trabajo duro y el estudio, todos pueden salir adelante, a pesar de las dificultades de la vida.
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Erica compartió en sus redes sociales unas fotos de su graduación de la maestría, en las que aparece junto a sus padres en el campo de tomates donde trabajaban cuando ella era niña.
Sus papás nacieron en Oaxaca, pero la mala situación los obligó a buscar trabajo en Estados Unidos, donde se conocieron. Erica nació en Fresno, California, pero creció en Tijuana porque su mamá tenían que regresar a México para completar el trámite de residencia, lo que la forzó a cruzar diario la frontera para ir a la escuela.
Alfaro dijo a CNN que a los 13 años, su familia se mudó a Oceanside, California, donde vivían con otra familia en un departamento de una habitación que debían compartir con 11 personas. Durante el verano, Erica explicó que ella y su hermano iban a un campo de tomates para trabajar con sus papás.
Esas fueron las palabras que inspiraron a Erica para regresar a la escuela luego de haber quedado embarazada a los 15 años y mudarse con su entonces novio, quien la forzaba a dormir en la calle a días de haber dado a luz.
Alfaro regresó a vivir con sus padres y a los 17 años completó sus estudios mediante un programa de escuela en casa. En 2012 fue aceptada en la Universidad Estatal de California San Marcos, pero durante el primer semestre, su hijo fue diagnosticado con parálisis cerebral.
Sus calificaciones comenzaron a bajar luego de la noticia, pero recordó todos los sacrificios que sus papás habían hecho por ella y continuó estudiando, con la determinación de darle una mejor vida a su hijo.
Erica contó que tardó seis años en conseguir su título en psicología, pero fue elegida para dar el discurso de graduación donde dijo que "la razón por la que comparto mi historia es porque quiero motivar a las madres solteras indocumentadas y la gente que sufre de violencia doméstica para que busquen una educación y cumplan sus metas".
Ahora, con una maestría en la Universidad Estatal de San Diego, Alfaro busca convertirse en consejera escolar y quiere apoyar a estudiantes poco representados, víctimas de violencia y madres adolescentes, entre otros.
Por último, Erica espera que sus fotos en los campos de trabajo inspiren a la comunidad latina que enfrenta situaciones similares.
IHL
ESPECIAL.- Cruzar la frontera para trabajar en un campo es la historia de muchos migrantes mexicanos que van a Estados Unidos; sin embargo, Erica Alfaro demostró que con el trabajo duro y el estudio todos pueden salir adelante, a pesar de las dificultades de la vida.
Erica compartió en sus redes sociales unas fotos de su graduación de la maestría, en las que aparece junto con sus padres en el campo de tomates donde trabajaban cuando ella era niña.
Sus papás nacieron en Oaxaca, pero la mala situación los obligó a buscar trabajo en Estados Unidos, donde se conocieron. Erica nació en Fresno, California, pero creció en Tijuana porque su mamá tenían que regresar a México para completar el trámite de residencia, lo que la forzó a cruzar diario la frontera para ir a la escuela.
Alfaro dijo a CNN que a los 13 años, su familia se mudó a Oceanside, California, donde vivían con otra familia en un departamento de una habitación que debían compartir con 11 personas. Durante el verano, Erica explicó que ella y su hermano iban a un campo de tomates para trabajar con sus papás.
"Un día (cuando estaba en el campo) le dije a mi mamá que estaba muy cansada y ella me contestó, 'así será tu vida en adelante. La única gente que no tiene que pasar por esto es porque estudian'. Esas palabras se quedaron conmigo", dijo Alfaro de 29 años a CNN.
Esas fueron las palabras que inspiraron a Erica para que regrese a la escuela luego de haber quedado embarazada a los 15 años y mudarse con su entonces novio, quien la forzaba a dormir en la calle a los pocos días de haber dado a luz.
Alfaro regresó a vivir con sus padres y a los 17 años completó sus estudios mediante un programa de escuela en casa. En 2012 fue aceptada en la Universidad Estatal de California San Marcos, pero durante el primer semestre, su hijo fue diagnosticado con parálisis cerebral.
Sus calificaciones comenzaron a bajar luego de la noticia, pero recordó todos los sacrificios que sus papás habían hecho por ella y continuó estudiando, con la determinación de darle una mejor vida a su hijo.
Erica contó que tardó seis años en conseguir su título en psicología, pero fue elegida para dar el discurso de graduación donde dijo que "la razón por la que comparto mi historia es porque quiero motivar a las madres solteras indocumentadas y la gente que sufre de violencia doméstica para que busquen una educación y cumplan sus metas".
Ahora, con una maestría en la Universidad Estatal de San Diego, Alfaro busca convertirse en consejera escolar y quiere apoyar a estudiantes poco representados, víctimas de violencia, madres adolescentes.
Por último, Erica espera que sus fotos en los campos de trabajo inspiren a la comunidad latina que enfrenta situaciones similares.
cog