En las horas previas a que el gobierno de Estados Unidos levante el jueves una restricción fronteriza por el covid-19 llamada Título 42, migrantes se reunieron en ambos lados de la frontera con México y algunos se apresuraron a cruzar antes de las nuevas y estrictas reglas de asilo que reemplazarán a la orden.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) estadounidense ha estado en los últimos días reteniendo hasta 28 mil migrantes en sus instalaciones, mucho más de su capacidad declarada y en lo que parecía ser un récord, dijeron dos funcionarios federales que solicitaron el anonimato y el sindicato de la Patrulla Fronteriza.
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Los centros de detención fronterizos más concurridos se encuentran en el Valle del Río Grande en Texas y dos áreas en Arizona, según el presidente del sindicato, Brandon Judd. Esta semana, el número de personas sorprendidas cruzando ilegalmente superó las 10 mil por día.
Judd informó que, debido al volumen de personas que llegan, los agentes están liberando a algunos inmigrantes sin previo aviso para que se presenten en la corte de inmigración, donde pueden entregar una solicitud de asilo, y les están diciendo que se presenten en una oficina de inmigración más tarde.
En promedio, las personas pasan casi tres días bajo custodia, detalló. CBP no respondió a una solicitud de comentarios.
En Yuma, Arizona, cientos de ellas hicieron fila en las frías horas antes del amanecer en un hueco en la imponente valla limítrofe, esperando entregarse a los agentes estadounidenses. Algunas, como la colombiana Jovanna Gómez, de 40 años, se enteraron del cambio de política y decidieron probar suerte cruzando ahora.
"En mi país, escuchas que la inmigración solo se permitirá hasta el 11 de mayo, así que vinimos contrarreloj", relató. "No fue fácil", añadió.
En Washington, el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas, dijo que el Gobierno ya está viendo una gran cantidad de encuentros fronterizos en ciertas áreas de la franja limítrofe con México.
"No puedo sobreestimar la presión sobre nuestro personal y nuestras instalaciones", informó Mayorkas a periodistas en la Casa Blanca. "Pudimos ver instalaciones de la Patrulla Fronteriza muy concurridas", añadió.
El funcionario advirtió de consecuencias más duras para quienes intenten cruzar ilegalmente la frontera estadounidense. "Nuestras fronteras no están abiertas", advirtió.
Cooperación con México
Bajo el Título 42, vigente desde marzo de 2020 y que expira a la medianoche, cientos de miles de migrantes han sido expulsados rápidamente a México.
Pero debido a que el país latinoamericano solo aceptó el regreso de ciertas nacionalidades, en su mayoría sus propios ciudadanos y centroamericanos, y más recientemente venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses, a los inmigrantes de otras naciones se les ha permitido en gran medida la entrada para presentar sus reclamos de inmigración.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo el jueves que su gobierno está colaborando para atender la aglomeración de migrantes en la zona.
El mandatario explicó que en una reciente conversación telefónica con Biden esta semana acordó "ayudar en todo, cooperar con el gobierno de Estados Unidos para que no haya caos y mucho menos violencia en la frontera".
Agregó que se reforzará la presencia de la Guardia Nacional mexicana en la franja limítrofe al sur del país, que limita con Guatemala. Además, instó a su homólogo estadounidense a que busque acuerdos con Cuba, Venezuela y otros países de la región para que sus ciudadanos no tengan necesidad de migrar.
Más temprano, el papa Francisco hizo un llamado a los países para que gestionen lo mejor posible las oleadas de migrantes y amplíen los canales para su circulación segura y regular, mientras Estados Unidos se enfrenta a un aumento de las llegadas a su frontera sur.