Silvina Avellaneda, la mujer que prefirió adoptar a un bebé con hidrocefalia en lugar de embarazarse

El hijo de Silvina Avellaneda ahora tiene 17 años, y para ella es todo lo que tiene en su vida.

Imagen de un bebé tomando el dedo de una persona / Freepik
Córdoba, Argentina /

Una mujer de Córdoba, Argentina, recordó el momento en que adoptó a un bebé con hidrocefalia en 2007, y ahora asegura que su hijo es todo lo que tiene el día de hoy.

Todo comenzó cuando hace aproximadamente 16 años, Silvina Avellaneda, de 29 años, quería ser madre, e incluso había pensado en el proceso de inseminación artificial, pero tras una charla con las amigas de su mamá, decidió adoptar un bebé.

Silvina se inscribió en el registro de solicitantes de acogimiento familiar acompañada de su madre, sin embargo, el bebé tenía hidrocefalia, y su madre biológica había fallecido.

A la mujer no le importaba aceptar a un recién nacido si éste presentaba alguna discapacidad o una condición especial, por lo que el tribunal supo que estaba dispuesta a recibir al niño en brazos sin excusas.

“Cuando me registré ahí dije que no tenía ningún problema con que tuviera alguna discapacidad o alguna condición especial de salud”, explicó la mujer.

Silvina tuvo que ser entrevistada por un psicólogo, un psiquiatra y una trabajadora social, quienes aprobaron la idea y le entregaron los papeles con los que la reconocían como familia sustituta por 30 días.

El bebé, de nombre Francisco, presentaba desnutrición severa grado tres a sus nueve meses de edad, pesaba sólo dos kilos y 700 gramos.

“Tenía una mano sobre la boca y con la otra me agarró. Y yo estaba emocionada, asustada, todos juntos (…) Era muy pequeño, cuando lo vi era tan lindo, tan hermoso y había tanta emoción (…) Y ahí es donde comenzó nuestra familia”, comentó.

Luego de un mes en cuidados intensivos, el bebé comenzó a crecer e incluso a reír. La esperanza de vida de Francisco era de un año, pero Silvina logró resolver la cuestión legal y el pequeño cumplió un año, y posteriormente logró vivir más.

A los siete años, Francisco no tenía ningún síndrome ni trastorno, sino varias “cositas”, según su madre. Quedó con un deterioro cognitivo leve. Actualmente asiste a una escuela especial, es llevado a terapia psicológica y psicopedagógica. Por lo que el pequeño, para su mamá se convirtió en el “eje de su vida, su todo, su fuerza motriz, su motivo, su incentivo”

Ahora que el niño tiene 17 años, Silvina confirma que su hijo es encantador, feliz y ruidoso, así como es amado por todos porque es sociable y amigable.

“Le gusta mucho andar en bicicleta e ir al parque, le gusta mucho salir, ponerse el casco, porque quiere ser policía. El policía de la cuadra de mi casa le dio una placa y se la cuelga y camina con ella. Y se divierte mucho”, expresó la madre.

AA

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