Una mujer tuvo que adelantar la boda con su novio de la infancia después de que le diagnosticaran cáncer de intestino e hígado. Sin embargo, murió a las pocas horas de contraer matrimonio tras dar el “sí, acepto”.
Helen Felvus, de entonces 61 años y madre de dos hijos, salió con su pareja David por 45 años. La mujer planeaba casarse después, pero el fatal diagnóstico de cáncer la obligó a adelantar la boda en Cwmbran, Gales del Sur.
Con mucho esfuerzo llegó el día de la boda, sin embargo, nadie espero que Helen muriera a las pocas horas de dar el “sí, acepto” a quien consideraba el amor de su vida. David afirmó, que su esposa “era un alma hermosa” y que estaba desconsolado con su partida.
Robyn Haynes, hija de Helen, dijo que su madre nunca fue al médico ya que pensaban que tenía una simple infección renal pero ahora no tiene a quien consideró su mejor amiga, a su supermujer.
De acuerdo con los familiares de Helen, ella comenzó a sentir un dolor agudo y punzante en el costado derecho, sin embargo, nunca creyó que era por alguna complicación en los riñones. Pero fue descartado después de ir con el médico que le diagnosticó cáncer de intestino e hígado.
Helen empeoró durante un viaje que hicieron en vacaciones, en julio, mismo mes que fue hospitalizada que ni siquiera podía hablar con normalidad según mencionó su hija. Gavin, su hijo de 43 años, agregó que su madre fue enviada a casa para recibir cuidados paliativos.
La familia creyó que Helen al menos tendría un año más de vida, pero no fue así, porque todo se complicó el 27 de julio, lo que hizo para sus hijos aún más complicada la idea de perderla tan pronto.
Ante esto decidieron adelantar la boda de sus padres, siendo un 30 de julio la fecha de ese esperado día y también el del fallecimiento de Helen. Robyn ahora busca hacer conciencia del cáncer de hígado e intestino, invitando a la gente a acudir al médico ante cualquier malestar en el estómago porque no le “gustaría que ninguna familia pasara por lo que estamos pasando”.
MRG