ESPECIAL.- En un país donde las mujeres no podían recibir educación o salir de su casa sin una persona masculina hasta el 2001 y bajo el régimen de los talibanes, en un gimnasio en el centro de Kabul, en Afganistán, un grupo de mujeres y hombres, saltan y se balancean al ritmo de la música, practicando el breakdance.
“He estado practicando break dance durante dos meses y medio. Elegí el break dance porque estaba muy interesado en él y quiero convertirme en un buen modelo a seguir en Afganistán”, dijo Manizha Talash, miembro de grupo Brakdance Afganistán.
“Esta es una profesión nueva y diferente, y el club no tenía una socia femenina, estaba muy interesada en el break dance, y cuando me di cuenta de que había llegado a Afganistán y que sus miembros son todas buenas personas, me uní a este club para presentar esta profesión a otras personas, comentó la bailarina”, señaló.
El club fundado por unos brakers locales hace un año, ahora cuenta con más de 30 elementos, entre ellos, cinco mujeres, que entrenan tres días a la semana para aprender los puntos más finos de este estilo de baile que se ha convertido en un deporte, esperando algún día competir en los juegos olímpicos.
“No debería importarnos lo que digan otras personas.
Quiero alcanzar grandes alturas a través de esta profesión, y como no hay muchas chicas en esta profesión, quiero que mi nombre sea conocido como una buena atleta en Afganistán, no como bailarina.
Quiero que la gente sepa que esto no es un baile sino un deporte”, dijo.
“Creo que es muy bueno que las mujeres puedan hacer un deporte como el break. Tenemos tiempo para capacitar a más niñas en Afganistán para presentar al menos una o dos de ellas como atletas de breakdance a la comunidad internacional”, comentó el instructor Sajad Temurian.
El breakdance, una forma de arte que nació en las calles de la ciudad de Nueva York, fue uno de los cuatro deportes, junto al skate, la escalada deportiva y el surf, que el Comité Olímpico Internacional acordó recientemente agregar a los juegos de París 2024, un esfuerzo para atraer más público joven y urbano.
“Cuando pienso en el posible regreso de los talibanes (al poder) y que tal vez no pueda seguir practicando breakdance, me enojo mucho. Tengo un gran objetivo y no quiero ser solo ama de casa en el futuro.
Quiero ser un modelo a seguir, una persona que ha logrado sus sueños”, mencionó la joven.
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