Un suceso sacudió a la localidad de Charata, Chaco en Argentina, cuando un niño de 10 años mató de manera accidental a su hermana menor, de apenas 3 años de edad, mientras manipulaba un rifle de aire comprimido que pertenecía a su padre. El hecho ocurrió el pasado viernes por la noche en el hogar familiar, mientras la madre de los menores se encontraba en otro ambiente de la vivienda.
Según informó el parte policial, los gritos de la madre, de 35 años, alertaron a un vecino, quien acudió de inmediato al domicilio. Al llegar, encontró a la mujer junto a la pequeña, quien había recibido un disparo en el cuello. Ante la urgencia, este vecino y otra residente de la zona decidieron trasladar a la niña al hospital local. Los médicos que la atendieron inicialmente diagnosticaron una lesión en el maxilar inferior, con signos de enfisema generalizado y edema.
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Debido a la gravedad del cuadro, la menor fue derivada al Hospital 4 de junio, en Sáenz Peña, donde los profesionales médicos lograron estabilizarla tras detectarle un orificio de entrada de aproximadamente un centímetro en la región supraesternal.
La situación demandó una intervención quirúrgica de urgencia, lo que llevó a un tercer traslado al Hospital Pediátrico “Avelino Castelán”, en Resistencia. Sin embargo, la pequeña llegó sin signos vitales a este último centro médico. Su muerte fue confirmada a las 2:45 de la madrugada del sábado.
El diagnóstico final indicó que la menor sufrió un paro cardiorrespiratorio post traumático, derivado de una insuficiencia respiratoria causada por una probable lesión en la vía aérea provocada por el proyectil del arma de aire comprimido.
¿Cuál es el estado de la investigación?
Ante este trágico suceso, el fiscal de turno, Fernando Ojeda, ordenó que se tomara declaración a la madre de los niños para esclarecer los detalles del hecho. Además, se incautó el rifle de aire comprimido, un arma calibre 5.5 milímetros, con el fin de realizar las pericias correspondientes.
Este tipo de accidentes pone en relieve la importancia de extremar las medidas de seguridad en los hogares, en especial en aquellos donde se encuentren menores. En este caso, el accidente deja una marca imborrable en una familia que enfrenta la pérdida irreparable de una pequeña vida, así como las secuelas emocionales para el niño involucrado en el hecho.
La comunidad de Charata permanece conmocionada por este episodio, que subraya la necesidad de sensibilizar sobre la responsabilidad y el almacenamiento seguro en las viviendas de artefactos que puedan ser letales.
AM