El papa Francisco lavó los pies a 12 jóvenes detenidos en una cárcel de menores en Roma, Italia, luego de cumplir con los ritos de Jueves Santo a pesar de sus recientes problemas de salud.
Según como lo especifica la tradición cristiana, el papa representó el gesto de humildad que tuvo Cristo con sus apóstoles antes de ser arrestado, condenado a muerte y crucificado un viernes en Jerusalén.
Este 6 de abril, el pontífice argentino, de 86 años, que fue hospitalizado la semana pasada por una bronquitis, hecho que preocupó a los católicos, acudió por la tarde a la prisión de Casal del Marmo, en el norte de Roma, donde ya había hecho este rito en 2013 luego de su elección al trono de Pedro.
Jorge Mario Bergoglio, apoyado con un bastón, apareció con una sonrisa y se puso de pie frente a cada uno de los 12 jóvenes detenidos, entre ellos dos chicas, para lavarles los pues y hasta agacharse para besarlos.
Algunos de los presos le devolvieron el gesto con un beso en la mano, otros intercambiaron algunas palabras con el pontífice.
“Voy a cumplir con este ritual. No es folclor. Espero salir de esta porque no puedo caminar muy bien”, detalló el papa, que estuvo durante algunos minutos de pie, en alusión a sus problemas para caminar debido a los dolores en una de sus rodillas que lo obligan a moverse en silla de ruedas.
Entre los jóvenes, incluso había un musulmán, además de católicos de diferentes partes del planeta, según precisó el Vaticano, que transmitió por primera vez en directo la ceremonia.
Desde 2013, el papa Francisco optó por llevar esta celebración fuera del Vaticano.
El jueves por la mañana, el pontífice presidió en la basílica de San Pedro la tradicional misa crismal, en la que se bendice el aceite santo que servirá para otros sacramentos durante el año. Y el 9 de abril, con ocasión de Pascua, impartirá la bendición “Urbi et Orbi”, a la ciudad y al mundo, y leerá el tradicional mensaje acerca de los problemas del mundo.
AA