Una paramédica de Canadá atendió en un accidente mortal a su propia hija. La paramédica, Jayme Erickson narró que la llamaron el 15 de noviembre para cubrir un percance automovilístico, donde atendió a una joven herida de gravedad, misma que murió en el hospital y que estaba irreconocible debido a sus lesiones.
Erickson se dio cuenta que era su hija cuando llegó a su casa y la buscaron los oficiales de la Policía de Montana, quienes le informaron que la paciente en el hospital era su hija de 17 años.
La paramédica contó su fatal historia a los medios de comunicación, donde recordó a su hija como una mujer exitosa que lograba todo lo que se proponía y que era una nadadora entusiasta que anhelaba ser abogada.
“Era tan hermosa. Si alguna vez se esforzaba en algo, lo lograba”, mencionó Erickson.
Por su parte Richard Reed, amigo y paramédico de vuelo, mencionó el momento en que la mujer acudió al lugar del accidente, aquel donde su querida Montana murió cuando el automóvil que abordaba se impactó contra un camión.
De acuerdo a Reed, el conductor consiguió salir del auto pero la hija de Erickson quedó atrapada con lesiones de gravedad. La paramédica fue la primera en llegar al accidente, y sabiendo que estaba en peligro, se sentó a su lado hasta que pudieron sacarla del vehículo para después trasladarla al hospital donde murió. Pero ese entonces, Erickson no sabía que se trata de su hija Montana.
“Al entrar al cuarto, para su horror, se enteró de que la joven con quien se sentó en la parte trasera del vehículo para mantenerla viva para que la familia pudiera despedirse de ella, y quien debido a la gravedad de sus lesiones era irreconocible, era su propia hija”, añadió Reed.
Ahora la paramédica recuerda con mayor dolor los últimos momentos que pasó a lado de su hija, a quien jamás imaginó despedir de esa manera.
MRG