Piloto de avioneta encuentra víbora venenosa en su asiento y aterriza de emergencia

El piloto tuvo a la serpiente enrollada entre sus pies hasta que aterrizó la avioneta.

Piloto encuentra víbora venenosa en su asiento y aterriza de emergencia / AP
Sudáfrica /

El piloto de una avioneta en Sudáfrica hizo un aterrizaje inesperado cuando se dio cuenta de que había una víbora altamente venenosa escondida debajo de su asiento.

Se trata de Rudolf Erasmus, quien volaba con cuatro pasajeros en su aeronave el 3 de abril, cuando sintió que “algo frío” se deslizaba por su espalda baja. Después de que revisó, vio la cabeza de una cobra del Cabo grande que “retrocedía bajo el asiento”.

Cabe señalar que la cobra Cabo (naja nívea) es una de las especies de cobra más peligrosas de África debido a la potencia de su veneno.

“Fue como si mi cerebro no se diera cuenta de lo que sucedía (…) Hubo un momento de silencio atónito”, dijo Erasmus, quien después de tomarse un tiempo para calmarse, mencionó a los pasajeros acerca del polizonte viperino.

Erasmus llamó al control aéreo para solicitar permiso de aterrizar de emergencia en Welkom, una pequeña ciudad en el centro del país. Durante los 10 o 15 minutos siguientes, voló mirando de reojo a la serpiente enrollada en sus pies hasta que logró aterrizar.

“No podía dejar de mirarla. Parecía feliz debajo del asiento (…) No tengo mucho miedo a las víboras, pero normalmente no me acerco a ellas”, precisó el piloto.

Por su parte, Brian Emmenis, que trabaja en la radioemisora Gold FM de Welkom, y es un experto en aviación, recibió un pedido de ayuda. Llamó al departamento de bomberos y rescate, que envió a socorristas y un herpetólogo para recibir el avión en el aeropuerto. Relató que todos desembarcaron “evidentemente agitados” pero a salvo gracias a Erasmus.

“Conservó la calma y aterrizó ese avión con una mortífera cobra del Cabo venenosa bajo su asiento”, explicó Emmenis.

Pero el drama no acabó para el piloto, ya que el especialista en víboras Johan de Klerk, y un equipo de ingenieros, registraron el avión durante dos días, y para el 5 de abril, no encontraron a la cobra, y había dudas sobre si había salido sin ser vista.

La cobra no volvió a aparecer durante el vuelo de regreso, y tampoco dio señales durante otro registro. “Espero que tenga un lugar a donde ir, pero no en mi avión”, dijo Erasmus.

AA

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