Un elemento de la Policía Nacional de España que participó en el operativo contra el referéndum soberanista en Cataluña en octubre de 2017, acaba de denunciar a una mujer que le dio un beso en la boca sin consentimiento durante la marcha independentista.
El policía consideró que este beso puede ser constitutivo de delito contra la libertad sexual.
“Mi reacción, además de asco, fue de contención por la extrema violencia”, indicó el policía.
De acuerdo al oficial, la mujer que le propinó el beso, al darse cuenta de que había cámaras de medios de comunicación que cubrían el evento, optó por tomarlo de la cara con ambas manos y después juntó sus labios con los suyos. Las imágenes del beso fueron grabadas por Al Jazeera.
El escrito de denuncia fue presentado con fecha del 11 de septiembre ante el Juzgado de instrucción número 7 de Barcelona por un agente de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los conocidos como “antidisturbios”, que fueron desplegados en Barcelona en 2017 para cumplir con el mandato judicial de impedir el referéndum independentista.
Los hechos sucedieron durante la marcha, en la calle Vía Augusta de Barcelona, frente a los Servicios Centrales de Enseñanza que fueron utilizados como colegio electoral en el referéndum ilegal dirigido por el gobierno de Cataluña.
La manifestante, concretamente, le dio un beso en la boca al policía, aprovechando que tenía la visera del casco protector levantada.
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“Una persona desconocida, de manera sorpresiva, inopinada, repentina y no consentida, me da un beso en la boca, constitutivo de un delito sexual del artículo 181 y siguientes del Código Penal”, argumentó el policía.
Supuestamente, el caso ocurrió cuando acababan de intervenir las urnas electorales y mientras comenzaba el repliegue de los funcionarios actuantes entre gritos, insultos, agresiones y vejaciones.
En la denuncia, el agente indicó que una señora de aproximadamente 60 años se acercó a él, lo insultó y al ver que estaba siendo grabado por las cámaras, tomó al policía del cuello y del casco antidisturbios que estaba usando como parte del uniforme, lo inmovilizó y acercó su cabeza a la suya para besarlo en la boca.
“Al agarrarme de la parte baja del casco, no puedo zafarme ni impedir que doble mi espalda, todo ello al intentar evitar tener una respuesta brusca al abuso que pudiera desencadenar una situación de riesgo aún mayor para la integridad de los actuantes de la que ya estábamos soportando”, agregó el agente.
El Sindicato Unificado de Policía apoyó jurídicamente la denuncia del policía y pidió a los poderes públicos a que dispongan todas las herramientas y garantías del Estado de derecho.
AA