Polizón a bordo de una rueda de avión sobrevive a un viaje desde Sudáfrica hasta Ámsterdam

La persona que embarcó clandestinamente presentaba síntomas de hipotermia.

Avión estacionado / Pixabay
Ámsterdam, Países Bajos /

Un joven fue localizado por las autoridades de Países Bajos, donde se encontraba escondido en la zona de la rueda delantera de un avión de carga que había descendido en el aeropuerto Schipol de Ámsterdam proveniente de Sudáfrica con escala en Nairobi, de acuerdo a un portavoz de la gendarmería neerlandesa (Marechaussee).

Esta persona que aparentemente se encuentra en buen estado de salud, fue localizada el 23 de enero después de viajar como polizón hasta Ámsterdam. Las autoridades estiman que el joven oscila entre los 18 y 30 años de edad, además iniciaron una investigación, ya que es ilegal cruzar las fronteras, por lo que todavía tendrán que determinar si se trata de un caso de tráfico de personas.

Hasta el momento no se precisa cómo es que el joven consiguió sobrevivir a un viaje tan largo, así como tampoco están claras sus intenciones; si su finalidad era buscar alojamiento en Países Bajos o llegar al país por otras razones específicas.

Dependiendo de si ascendió en Kenia y Johannersburgo, el joven habría pasado entre ocho y 11 horas a bordo, aunque la Marechaussee recalca que no es habitual que un polizón viaje oculto en la rueda delantera de un avión, ya que es más común encontrarlos en el tren de aterrizaje.

Cabe señalar que las temperaturas durante el viaje pueden alcanzar 50 grados bajo cero, por lo que el polizón fue encontrado con síntomas de hipotermia. La gendarmería afirmó que el sujeto fue trasladado a un hospital después de ser cubierto para elevar su temperatura corporal.

Por su parte, el cardiólogo del hosptal Vall d’Hebron y profesor de Fisiología en la UAB, Enric Domingo, explicó que el calor de las propias ruedas causado por la fricción con el asfalto durante el despegue, pudo haberle proporcionado calor para las primeras horas de vuelo.

Enric Domingo también mencionó que para sobrevivir, es importante que la temperatura del cuerpo del polizón no haya bajado por más de 18 grados centígrados, de lo contrario, habría muerto. Por lo que presumió que su temperatura corporal se mantuvo por encima de los 20°C. Por último, detalló que la cantidad de oxígeno requerida para no morir es mucho menor cuando el cuerpo se enfría, por lo que se puede decir que estos polizones entran en una especie de letargo, algo similar a la hibernación de los osos.

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