El oculto legado de racismo en Estados Unidos: "solo blancos después del anochecer

Tras la Guerra de Secesión y la Gran Migración, la Unión Americana vivió un pasaje cuestionable de su historia con un método de segregación racial que no fue muy conocido.

Letrero de "Black Lives Matter" en la embajada de Estados Unidos en Seúl, Corea del Sur. | Reuters
Estados Unidos /

A pesar de que la historia más conocida sobre el racismo en los Estados Unidos se aborda desde territorios del sur, los entonces estados confederados, hay otra parte del relato que desmitifica a las regiones del norte del país consideradas progresistas.

Las llamadas Sundown Towns, o ciudades del atardecer, fueron territorios que se caracterizaron por estar poblados exclusivamente por personas caucásicas o de tez blanca en la Unión Americana.


Estas ciudades, la cuales se calcula, fueron entre 10 y 15 mil, alrededor de los Estados Unidos, estuvieron vigentes desde 1890 hasta 1960, incluso, en 1980 aún podía haber algunas de ellas, aunque la proliferación de las mismas ocurrió alrededor de 1910, durante la Gran Migración, movimiento de miles de afroamericanos abandonado el sur del país y moviéndose al norte.

Pero estas ciudades no solo eran sólo para blancos, sino que deliberadamente, su población excluía a negros, asiáticos, nativos americanos, judíos y por supuesto mexicanos.

Los también llamados “pueblos del ocaso” se caracterizaban por violentar a las minorías con el uso de leyes discriminatorias, acoso, amenazas y otros tipos de segregación racial.

El origen de la denominación de estos territorios es principalmente el modus vivendi que la población blanca imponía, y la cual dictaba que personas de otras razas podían trabajar en el pueblo, pero no podían vivir ahí, por lo que tenían que marcharse antes de que la luz del Sol cayera.

Los métodos para anunciar y hacer valer las restricciones raciales variaban en todo el país. En su forma más flagrante, se colocaron letreros en los límites de la ciudad. Uno en Alix, Arkansas, en la década de 1930, por ejemplo, decía: "N-r, no dejes que el sol se ponga sobre ti en Alix". Otros dijeron: “Solo blancos después del anochecer”.

Edmond, Oklahoma, en la década de 1940, dejaba ver postales tales como “un buen lugar para vivir… sin negros”. Por su parte, la ciudad de Mena, Arkansas, describía el clima del poblado como “veranos frescos, inviernos templados, sin tormentas de nueve, sin negros”.

Si estas amenazas no eran suficientes, los pobladores y muchas veces las autoridades de estos pueblos, hacían uso de la violencia para sacar a afroamericanos o cualquier otra persona de una etnia diferente.

Hostigamiento, amenazas, arrestos y palizas, eran comunes en las ciudades del atardecer para las minorías. El linchamiento de dos adolescentes afroamericanos en Marion, Indiana, en 1930, es prueba de ello. En aquella oportunidad, 200 residentes negros se vieron forzados a abandonar el poblado.

En dicho contexto, era peligroso para la gente negra viajar largas distancias en automóvil, por ejemplo, en la famosa Ruta 66 que va desde Chicago hasta Los Ángeles, puesto que, si algún de ellos era encontrado por la noche en alguno de estos poblados Sundown Towns, podía ser agredido o arrestado.

En respuesta a esta situación, Víctor H. Green, un empleado de correos de Harlem, compiló el libro verde del automovilista negro, una guía de alojamientos para los viajeros negros. La guía se publicó entre 1936 y 1966, y en su apogeo de popularidad fue utilizada por dos millones de personas.

Guía de viaje para las personas afroamericanas a mitad del siglo XX en Estados Unidos. | Cortesía


En gran medida, esta parte de la historia estadunidense permanece fuera de foco, debido a que, según diversos historiadores, los pueblos del atardecer ocultaron deliberadamente los medios por los cuales se mantenían como territorios exclusivamente blancos.

Además, no hay registros documentales que precisen sobre los actos y métodos de segregación racial que utilizaban estas comunidades, pese a que prevalecieron incluso después de los años 80´s.

La mayoría de estos territorios, han intentado reivindicarse con las minorías, tal es el caso de Glendale, California, pues, por ejemplo, entre otras cosas, esta comunidad no permitía que personas que no eran blancas fueran enterradas en el cementerio local.

El sociólogo James W. Loewen, quien ha investigado profusamente el tema y en 2005 publicó el libro Sundown Towns: A Hidden Dimension of American Racism ("Ciudades del atardecer: una dimensión oculta del racismo estadounidense"), dijo a la BBC que contrario a lo que se cree, luego de la Guerra de Secesión, Estados Unidos no progresó, sino que entre 1890 y 1940, la población se volvió más racista de manera gradual.

Los pueblos del ocaso, representan en si un capítulo obscuro en la historia de Estados Unidos, y que según reafirma Loewen, “nadie quiere hablar mal de su propio hogar”, refiriéndose al porque no hay mayor evidencia de los terribles actos que se cometían en contra de minorías étnicas.




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