LOS ÁNGELES.- Los de restaurantes de la organización de Sherry Villanueva en Santa Bárbara empleaban 350 personas antes de que la pandemia del coronavirus forzase su cierre. Ahora que se reactivó a pleno le economía de California, solo 250 trabajadores han regresado.
Villanueva podría emplear otros 100, pero dice que no encuentra gente para tomar esas plazas.
“Hay una gran escasez de trabajadores”, expresó Villanueva, dueña y directora de Acme Hospitality, que administra ocho restaurantes en el popular balneario, dos de los cuales permanecen cerrados. Ante la ausencia de personal, los empleados “tienen que hacer el trabajo de dos”, indicó.
California reabrió su economía el 15 de junio, levantando las restricciones a la cantidad de personas que podían admitir los restaurantes y otros negocios. La gente se muestra ansiosa por volver a salir, ir a eventos deportivos, parques de diversión y a comer afuera.
Muchos restaurantes, sin embargo, se ven obligados a trabajar menos horas o a dejar mesas vacías. La empresa de Villanueva ofrece bonificaciones a los empleados que llevan gente a trabajar.
La escasez de personal en los restaurantes es un fenómeno nacional. La Asociación Nacional de Restaurantes informó que ese sector dejó sin empleo a 2,5 millones de personas en el 2020. Estadísticas del gobierno dicen que se abrieron casi 1,4 millones de plazas en hoteles y restaurantes en abril.
La Asociación de Restaurantes de California había calculado que uno de cada tres restaurantes del estado no sobreviviría a la pandemia. Y los que lo hicieron, enfrentan una “gran crisis” por la falta de personal, expresó Jot Condie, directora de esa organización.
Al gobernador demócrata Gavin Newsom le gusta decir que la economía vuelve con todo. Efectivamente, cifras de empleo dadas a conocer el viernes indicaron que se habían incorporado 100 mil plazas en mayo, el cuarto mes seguido que se agregan empleos después de que 2,7 millones de plazas se esfumasen en los primeros meses de la pandemia.
En el vapuleado sector gastronómico, sin embargo, el regreso a la normalidad tropieza con las dificultades para encontrar cocineros, barmans, meseros y personal de cocina. Desde mayo del 2020, los restaurantes y hoteles abrieron 420 mil 000 empleos —más que ningún otro sector—, pero todavía hay 450 mil 000 plazas menos que antes de la pandemia.
En Los Ángeles, Caroline Styne, propietaria de The Lucques Group, tuvo que rechazar muchos clientes porque no tenía personal para servirlos. Muchas mesas quedan sin ocupar.
“Si no tienes todas las mesas ocupadas varias veces por noche, la estructura financiera de los restaurantes no funciona”, manifestó.
“Conseguir personal es una pesadilla”, acotó. “Nunca viví una situación como esta”.
El gastronómico es un sector volátil y los trabajadores de los restaurantes son a menudo gente que está de paso: estudiantes que trabajan cuando pueden, actores y músicos que tratan de abrirse camino en esos campos, personal de cocina que se va si consigue algo mejor. Se trabaja muchas horas, los beneficios son escasos y la paga no muy buena. A veces lo único que cobran los meseros son las propinas.
Styne, Villanueva y otros expertos del sector dicen que varios factores se combinan para generar una escasez de personal. Para empezar, la población de California disminuyó en 182 mil personas el año pasado como consecuencia del deterioro económico asociado con la pandemia, la partida de gente que encontró trabajo en otros sitios y el cierre de numrsosos negocios. Muchos se resisten a volver.
Los alivios del gobierno por la pandemia hacen que con frecuencia la gente se quede en su casa. Unos 2 millones de personas siguen recibiendo cheques del gobierno. En otros casos, las familias no tienen con quién dejar a los hijos porque las escuelas permanecen cerradas durante el receso del verano. Y abundan las personas que durante la pandemia cambiaron de rumbo y se dedican a otras cosas.
Para algunos, “el trauma y la incertidumbre del último año y medio son demasiado”, dijo Villanueva.
Es posible que mucha gente no regrese a trabajar mientras las escuelas estén cerradas y siga recibiendo ayuda del gobierno, la cual caduca a finales del verano, según Michael Bernick, exdirector del Departamento de Desarrollo de Empleos de California.
“Incluso entonces puede haber escasez de personal, en cuyo caso o se aumentan los sueldos o los negocios del sector tendrán que cambiar su forma de funcionar”, dijo Bernick en un email.
El sábado, el abogado Alec Nedelman disfrutaba de un almuerzo en uno de los restaurantes de la organización de Styne en Los Ángeles. Dijo que recién ahora estaba regresando a los restaurantes y que pensaba organizar comidas de trabajo allí.
“Es una sensación extraña. Uno sigue un poco precavido”, expresó Nedelman. “Pero quiero reanudar mis contactos sociales”.
Rja