José González, el padre de Ignacio, un adolescente argentino que falleció en 2020 a los 15 años, fue sentenciado el 17 de diciembre a tres años y seis meses de prisión domiciliaria tras ser declarado culpable de estafa y administración fraudulenta.
El caso, que conmocionó a la sociedad, revela cómo González manipuló a miles de personas mediante una emotiva colecta para tratar a su hijo con leucemia en Estados Unidos, una campaña que terminó siendo una elaborada estafa.
En 2019, González recurrió a las redes sociales para pedir ayuda económica y financiar el costoso tratamiento de su hijo, quien había sido diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda. La solicitud viralizó rápidamente, y cientos de personas solidarias contribuyeron a la colecta que logró reunir los 20 mil dólares necesarios para el tratamiento en el Nicklaus Children’s Hospital de Miami.
Nacho nunca llegó a viajar a Estados Unidos
Sin embargo, a pesar de las expectativas de una segunda oportunidad para Nacho, nunca llegó a viajar, y su salud empeoró. El joven falleció el 11 de junio de 2020, víctima no solo de su enfermedad, sino también de la codicia de su propio padre.
La madre de Ignacio, María Soledad Serrano, quien había estado separada de González desde 2016 debido a hechos de violencia de género, fue la encargada de destapar la verdad detrás de la tragedia.
Desesperada por cumplir con el último deseo de su hijo, quien le pidió que no dejara que la situación quedara impune, Soledad descubrió, con la ayuda de las pruebas obtenidas de los dispositivos electrónicos de Ignacio, que González había realizado varias transferencias de grandes sumas de dinero mientras su hijo luchaba por su vida.
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Además, descubrió que el padre no podía haber acompañado a su hijo a Estados Unidos debido a que su visa había sido rechazada por sus antecedentes penales.
González compró una casa, propiedad que luego transfirió a su pareja
La investigación reveló también que, durante los últimos días de vida de su hijo, González compró una casa en el barrio Santa Ana I de Salta, propiedad que luego transfirió a su pareja, Natalia Cuadri, junto con un auto, lo que demostró que el padre nunca tuvo la intención de cumplir con el propósito de la colecta.
González intentó defenderse alegando que la compra de la vivienda fue para brindar mejores condiciones de salud a su hijo, pero el tribunal no aceptó su versión. Finalmente, el juez Leonardo Feans, tras un exhaustivo análisis de las pruebas presentadas, dictó la sentencia de tres años y seis meses de prisión domiciliaria para González, mientras que su pareja fue condenada a un año de prisión como partícipe necesaria.
Este fallo es un cierre doloroso para Soledad, quien busca que la historia de su hijo no quede en el olvido. "Lo hice por Nacho, para que nadie más pase por esto", aseguró. La condena a González es un recordatorio de que, detrás de la tragedia de una familia, a veces se ocultan actos de abuso y fraude que destruyen aún más vidas.
AA