Cuando el 22 de noviembre de 1963, John F. Kennedy fue asesinado de un disparo en la cabeza mientras iba en un auto descapotable en una caravana presidencial en Dallas, Texas, su esposa, Jackie Kennedy iba a su lado, la cual fue salpicada de sangre.
Jackie tenía puesto un vestido en color rosa de la marca de moda Chanel además de un sombrero del mismo tono, mismos que quedaron manchados de la sangre de su esposo, quien fue asesinado de dos disparos, uno en el cuello y otro en la cabeza.
Segundos después de lo ocurrido, Jackie se fue hacia la parte trasera del automóvil que los transportaba, pues intentaba recoger un pedazo del cráneo de su marido, misma que fue alertada por el guardaespaldas que se encontraba en esa parte del auto que se escondiera entre los asientos.
Surgió una versión si confirmar que el vestido que usó Jackie ese día, no era Chanel, sino Chez Nion, pero esto no fue confirmado.
¿Qué le pasó al vestido?
Luego del atentado contra su esposo, Jackie fue llevada a un puesto de seguridad, para después llegar a un aeropuerto, donde le sugirieron que se cambiara el vestido, que llevaba manchas de sangre e incluso restos biológicos de John, pero esta se negó a hacerlo, pues quería mostrar lo que le habían hecho al aquel entonces, presidente de Estados Unidos.
El vestido, según autoridades estadounidenses, se encuentra guardado en una caja fabricada de ad hoc, y pertenece a los fondos de los Archivos Nacionales de Estados Unidos y conservado como tesoro nacional.
La hija de Jackie y John, Carloline Kennedy cedió el vestido de su madre de aquel día, lo hizo con la condición que nunca lo expusieran al público, para no causar más dolor a la familia.
Según la revista People, el traje sería expuesto al público en el siguiente siglo, cuando se cumplan 150 años del asesinato de John F. Kennedy.
MQ