Puebla.- De lunes a viernes, Daniela Rojas trabaja vendiendo garrafones de agua que transporta en un burro en colonias del municipio de Calpan, ubicado a 30 kilómetros de la capital poblana.
Cuando sale, sus dos hijos la acompañan mientras su esposo trabaja en otra zona, y cuando termina su jornada regresan a su casa alrededor de las dos o tres de la tarde.
Santiago, de 8 años, su hijo mayor se encuentra en tercero de primaria y no puede tomar clases en línea ya que no tienen la posibilidad de acceder a internet.
Daniela comenta que los profesores están concientes que no cuentan con internet y las tareas las recibe en su celular, sin embargo, esto no ocurre siempre ya que solamente pueden hacerlo cuando tiene saldo.
Las ganancias son pocas, cada garrafón los vende a 10 pesos y con los ingresos que obtienen compran su despensa y sus materiales para la escuela. Es así que estos pequeños durante más de un año de pandemia han llevado sus clases, con carencias y ayudando a sus papas trabajando.
CON INFORMACIÓN DE MISSAEL MORA / TELEDIRIO PUEBLA