En el marco del día mundial de las habilidades de la juventud y debido al panorama actual que se vive por la pandemia, la doctora María Elena Hernández Ramírez, profesora investigadora del Departamento de estudios de la comunicación social del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG, hizo un llamado a fortalecer la resilencia tras mostrar los resultados del estudio “COVID-19 y jóvenes en Jalisco”, revela que una buena parte de los estudiantes ha sentido emociones negativas durante el aislamiento.
María Elena Hernández Ramírez, comentó que, en México a 15 meses del inicio del confinamiento y de la implementación de medidas restrictivas para disminuir los contagio del virus por el covid -19 se conoce muy poco sobre las preocupaciones, las necesidades y los sentimientos de la población joven.
Los resultados preliminares advierten sobre una población desalentadas llena de incertidumbre y de preocupaciones con respecto al futuro.
Asimismo, explicó que en la encuesta realizada se hizo a un grupo de 918 estudiantes de la licenciatura en Comunicación Pública, la cual se basó en 10 ejes temáticos y en vísperas del regreso a las aulas, entre la comunidad estudiantil predominan los sentimientos de frustración, agobio, hartazgo, desesperación e incertidumbre después de más de un año de vivir el confinamiento.
La salud mental es un asunto preocupante en este grupo, pues también dentro de las principales preocupaciones está el contagiarse o afectar a sus seres queridos, ya que a la mayoría les preocupa el regreso a clases presenciales sin estar vacunados o contraer el virus en el transporte público cuando deben acudir a las aulas; al igual que se cuestionan qué tan preparados estarán al salir de la carrera tras tres semestres de clases en línea, explicó la especialista.
En ese sentido, la académica reprobó el discurso mediático y oficial en el que se acusa a los jóvenes de ser los principales factores de contagio en el inicio de una inminente tercera ola de casos de covid-19, por lo que pide no hacer señalamientos que marcan.
En ese sentido, hacen un llamado a las instituciones para que gestionen el control de la pandemia y la comunicación del riesgo, para que se interesen en involucrar a las y los jóvenes y saber cómo se sienten, qué les preocupa, cuáles necesidades de información tienen y de acompañamiento, tanto para enfrentar el riesgo inmediato como para salir adelante en los años por venir.
MGB