Familiares de víctima de linchamiento en Tlacotepec exigen justicia

Manrique N., de 38 años de edad, trabajaba para una empresa de televisión por cable y era originario de Veracruz.

Familiares de víctima de linchamiento en Tlacotepec exigen justicia
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Luego de ser cruelmente asesinado por una turba enardecida en la junta auxiliar de San Marcos Tlacoyalco, perteneciente al municipio de Tlacotepec de Benito Juárez, familiares de la víctima de linchamiento lo identificaron como Manrique N., quien era originario del estado de Veracruz, estaba casado y tenía una hija de 8 años de edad; trabajaba para una empresa de televisión por cable de Tehuacán y constantemente viajaba para realizar trabajos de mantenimiento e instalación de fibra óptica.

El pasado domingo 9 de agosto Manrique N. acudió a la comunidad de San Marcos Tlacoyalco para realizar un "trabajo urgente y después acudiría a otro lugar", según contaron familiares de la víctima. Ese mismo día, el hombre de 38 años de edad no regresó a su domicilio, sin embargo sus familiares pensaron que se había quedado a pasar la noche en la comunidad, por lo que no se alarmaron.

Al día siguiente, lunes 10 de agosto, la esposa de la víctima recibió una llamada de uno de los compañeros de trabajo de su esposo, quien le preguntó por él, a lo que ella respondió que no había llegado a dormir la noche anterior. Minutos después, volvió a recibir una llamada del mismo hombre y esta vez, le dijo que pobladores habían asesinado a su esposo tras acusarlo de haber secuestrado a una niña. 

Después, la familia se enteró por parte del compañero de trabajo de la víctima, que la tarde del domingo ambos habían convivido con dos pobladores que estaban acompañados por una mujer y una niña, presuntamente ingiriendo bebidas alcoholicas en el centro de la comunidad, pero minutos después él se retiró.

Aunque aún no hay una versión oficial, se presume que mientras Manrique N. estaba en compañía de aquellas personas surgió el rumor de que era un secuestrador de menores, lo cual ocasionó que pobladores comenzaran a acusarlo sin ninguna prueba y comenzaron a agredirlo.

Posteriormente, policias municipales lo rescataron y lo trasladaron a la comandancia auxiliar, sin embargo, el rumor se esparció y centenas de personas se congregaron en la comandancia para exigir que les entregaran a la persona que acusaban de secuestro. 

Ante la turba, la policía municipal poco pudo hacer, así que los pobladores tomaron una patrulla y derribaron la entrada del inmueble para sustraer a Manrique N, para golpearlo con ladrillos, tubos y palos, ocasionando su muerte. No obstante, arrastraron su cuerpo al estacionamiento y le prendieron fuego a su cadáver.

Tras el terrible acto, la familia de la víctima exige justicia por el atroz crimen que le arrebató la vida a un padre de familia y a un hombre trabajador, a quien describen como una persona alegre, hogareño y un buen muchacho. Ahora, esperan poder recibir sus restos para sepultarlo en la comunidad de Ángel R. Cabada, en el estado de Veracruz.

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