Durango.- Olores, colores, sabores, cultura y más, son parte de lo que envuelve a los mercados; y en Durango uno de los más emblemáticos es el Mercado Gómez Palacio, ubicado en la calle 20 de noviembre en el centro de la ciudad.
Este Mercado fue creado en la época del porfiriato, cuando era gobernado por Francisco Gómez Palacio y Bravo.
Fue en el año de 1880 cuando se inició su construcción y el 15 de septiembre de 1882 fue inaugurado por parte de quien impulsó su edificación.
El mercado cuenta con 8 entradas, tanto por la avenida 20 de noviembre, como calle Patoni, Pasteur y 5 de febrero.
Tanto la arquitectura del mercado como sus locatarios y lo que ahí se vende forman parte de la cultura duranguense.
Y son precisamente sus olores, colores, sabores, artesanías, flores y más lo que lo identifican.
Es así que al platicar con los locatarios nos damos cuenta que, sus espacios no son ocupados por gente inexperta sino por quienes por generaciones han vivido, sentido y amado este lugar.
Sin duda no puede faltar la comida, tanto típica como nueva, como es el caldillo duranguense, las gorditas, el arroz, el riquísimo asado y el caldo de res; pero también se encuentran los tacos de alacrán gigante, el cual es uno de los más pedidos por los extranjeros.
Entre sus pasillos se observan artesanías, dulces típicos, el mezcal duranguense y por supuesto la magia y el esoterismo no puede faltar, ya que desde nuestros ancestros los rituales, las limpias y demás eran un tema concurrente y de gran creencia.
Y a decir de quienes tienen este tipo de negocios, un mercado sin esoterismo, magia o brujería como lo quieran llamar, no es un mercado.
Sin duda es un deleite total el acudir al mercado Francisco Gómez Palacio ya que nos recuerda nuestras raíces y lo hermoso y maravilloso que es México en su conjunto.