Sudé la gota gorda

Editorial Telediario

V E R T E B R A L

México /

Con esta van tres veces las que me practico la prueba de Covid-19 (por fortuna todas resultaron negativas), el jueves (día en que me entregarían los resultados) realmente estaba estresado, porque justo ese día me dieron la noticia de personas cercanas a mí que habían contraído el virus, pero no les pintó bien el panorama. Una de ellas muy delicada, otra ya hospitalizada e intubada (dicen los expertos que es muy complicado que "salgan" de esta etapa) y yo en casa, ya sabe la incómoda situación, recostado en la cama fingiendo "ver" una serie, una película, un documental, no sé qué veía, haciéndome "coco wash", pensando: "No, no creo porque he seguido las medidas de seguridad", pero los mensajes de Whastapp seguían llegando y anunciando nuevos contagios de gente cercana y yo haciéndome "pendejo". 

Por fin se comunicaron del hospital y me enviaron el resultado: SARS-Cov-2 (Covid-19), hisopado nasofaríngeo e hisopado faríngeo NEGATIVO. Literalmente respiré porque me imaginé el escenario caótico, primero el "zopetón" de la noticia, luego avisarle a la familia y posterior drama, llanto, falsos ánimos y los síntomas: Dolor de cabeza, fiebre (y el delicioso delirio que experimento en lo particular, perdón pero disfruto cuando me pega la temperatura) y la dificultad para respirar, ya lo viví en ocasiones anteriores debido a las dos neumonías que he padecido a lo largo de mi vida, la última, cruda, con pleuritis (inflamación de la pleura, una membrana serosa que recubre las paredes de la cavidad torácica y los pulmones), dolor muscular y esquelético, aislado, con medicinas, probablemente esperando una cama en alguna clínica del sector salud y el miedo natural a la forma en la que moriría ¿Paro cardiaco? ¿Paro respiratorio? Qué horror.

Fue entonces cuando terminó de "caerme el 20", era precavido ya de por sí, pero ahora debo extremar las medidas de prevención, a guarecerme en casa y salir a lo estrictamente necesario, sé que es complicado, conozco todas las incomodidades que esto genera, las condiciones sociales que no importan, pero si importan, pero que no afectan, pero sí afectan. Creo que el bolsillo importa, no es lo mismo confinarse en El Campestre de Torreón, donde hay un campo de golf, casas bonitas, nada de contaminación visual, que confinarse en Ampliación Valle La Rosita donde las casas son auténticas caballerizas, donde cinco habitan un espacio de siete por 15 metros, en el que si se pelea la pareja, ni modo, donde no hay áreas verdes, es más, ni siquiera agua para alimentar los aparatos de aire (en el mejor de los casos, si la familia cuenta con uno). Así que sin ser fatalistas debemos de atender todas las recomendaciones que nos hace la autoridad, nos guste o no.

Por último, me parece inconcebible que todavía existan personas que piensen que esto se trata de una teoría de la conspiración, es decir, que el Coronavirus es un invento del gobierno para controlarnos (fake).

angel.carrillo@multimedios.com

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