Utilizar la tecnología para encontrar la solución de problemas de salud y así ayudar a quien más lo necesita, es una de las razones por las cuales Akary Jocelyn Eusebio Ramírez tiene la meta de titularse como ingeniera biomédica, luego de que en días pasados la joven de 17 años obtuviera la beca San Juan Bautista de La Salle.
Ser parte de los 3 de cada 10 jóvenes que tienen la dicha de cursar una carrera universitaria, es un sentimiento de felicidad indescriptible nunca antes percibido para Akari, quien nos cuenta como fue el inicio de esta gran aventura.
“Le tengo que agradecer a mi directora de la preparatoria, la maestra Lizeth Medina, ella fue la que puso todos los trámites y la que me mandó llamar para la beca. Cuando me dijeron de esta opción, pensé: este tipo de oportunidades no pasan dos veces en la vida.
“En el momento en el que me dijeron la noticia de que gané la beca, yo la verdad no lo podía creer, me sentí muy feliz, no sabía que responder, la emoción era muy grande entonces. Fue un sentimiento nuevo para mí”, dijo Akari Eusebio.
Uno de los retos que vendrán para Eusebio Ramírez es el traslado a la universidad. Las 05:30 de la mañana será la hora límite para emprender viaje en transporte público, donde la futura ingeniera no se puede dar el lujo de retrasarse ni 5 minutos debido a que el camino de su casa al salón de clase es largo, puesto que el recorrido es de aproximadamente hora y media.
Las dificultades han estado presentes en la familia Eusebio desde antes del nacimiento de Akari, sin embargo, no tener una figura paterna no fue obstáculo para que Selina, Madre de Akari, pudiera darle a su hija las herramientas necesarias para triunfar en la vida.
“Siempre hemos sido Yo y mi hija, ella siempre había estado en guarderías porque tenía que trabajar para salir adelante. Conforme pasa el tiempo me fui dando cuenta que era muy imperativa, entonces en lugar de que se fuera a la calle le busqué actividades como el canto, la guitarra, cursos de inglés, clases de Taekwondo. Hay lugares donde no cobran, nada más hay que estarlos buscando, entonces eso le ayudó para desarrollar habilidades en el estudio”, comentó Selina Eusebio mamá de Akari.
La vida universitaria también le permitirá a Akari poder seguir adquiriendo conocimientos en otras áreas complementarias a su formación, debido a que el tocar guitarra es una de los pasatiempos favoritos de la joven de 17 años que agradeció al Instituto Municipal de la Juventud y a la comunidad lasallista esta oportunidad, además de mandar un mensaje a todo aquel que tenga su mismo sueño.
“Sigan sus sueños independientemente de las dificultades, siempre hay una salida. No se vayan por el camino fácil que, aunque sea difícil el fruto siempre al final es una recompensa”, expresó Akari Eusebio, quien en el mes de agosto iniciará el gran sueño que tiene altas probabilidades de verse concluido en una ceremonia académica de fin de curso, donde ella pueda estar sosteniendo en sus manos su título universitario.