El normalista Julio César Mondragón Fontes, quien fue torturado y asesinado en los primeros minutos del 27 de septiembre de 2014, fue desollado por un integrante de Guerreros Unidos, que quería quedar bien con su jefe, de acuerdo con el informe de la presidencia de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa (Covaj).
En diversas comunicaciones, El Chino, líder de los halcones de Guerreros Unidos, comenta que El Chuky, operador de ese grupo criminal, y su gente asesinaron y le quitaron la cara a Julio César, para que quedara bien con El Negro, su jefe, ya que buscaba un ascenso en la organización.
—Y aparte se la mamaron cochos con el chavo que le cortaron la cara—.
—¡Ah! Ese fue Chuky, ya ves que está loco por quedar bien con Negro y pa' que le diera—.
—Y luego al chavo ese que le cortaron la cara, ¿sí viste? —.
—Ajá, sí, dicen que fue Chuky, que andaba bien pasado, y que se agarró como loco a pegarle así a lo loco, y que luego le empezó a cortar la cara, y que se la ponía, o sea, ¿puedes creerlo? —, señalan las conversaciones.
De acuerdo con la declaración del testigo protegido Karla, este normalista, además, fue desollado por un policía de apodo Minsa, quien utilizó un instrumento punzocortante, encontrado a un lado del hotel El Andariego, a unos metros del lugar donde fue hallado el cuerpo de Mondragón.
“Miré, comando, la encontré al lado del hotel, me dijo el comandante que es con la que le quitó el pellejo al puto rojo”, escribió.
Esta versión contrasta con el informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, emitido el 11 de julio de 2016, en el cual el organismo concluyó que la fauna del lugar provocó la ausencia de tejidos de la cara del normalista.
Celular de Mondragón fue utilizado días después de la desaparición
El celular de Julio César Mondragón Fontes también tuvo actividad días después de los hechos violentos registrados en ese municipio, de acuerdo con la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
El informe de la Covaj señala que la entonces Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) encontró información sobre la utilización del dispositivo de este estudiante, después del 30 de septiembre de 2014.
Según las intervenciones en poder del Ministerio Público Federal, el aparato telefónico con el número 7331336747, el cual era usado por Mondragón Fontes, registró actividad aún después de la muerte de su usuario.
“Se pueden identificar comunicaciones directas con Brenda Marín Solano, número que era utilizado por Gabriel León Villa, La Gaby, integrante de Guerreros Unidos, y con el soldado Eduardo Mota Esquivel (actualmente preso por la desaparición de los normalistas) los días seis y 15 de octubre de 2014”, destacó.
Según la narrativa, minutos después de la media noche del 27 de septiembre, algunos normalistas, entre ellos Julio César Mondragón, El Chilango”, decidieron dar una conferencia de prensa en periférico norte, en Iguala, para denunciar los ataques con armas de fuego que habían efectuado policías municipales de Iguala y Huitzuco contra los jóvenes.
En la conferencia también participaron maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG). Mientras se llevaba a cabo, integrantes de Guerreros Unidos atacaron con armas de fuego a los presentes.
En estos hechos, perdieron la vida los normalistas Daniel Solís Gallardo y Julio César Ramírez Nava, quienes acababan de llegar de un contingente de apoyo, procedente de Tixtla.
Julio César Mondragón fue uno de los estudiantes que corrió hacia la calle Juárez tras el ataque. Algunos de sus compañeros lograron refugiarse, pero él decidió seguir corriendo. Posteriormente, uno de los jóvenes escuchó gritos de su sometimiento.
El cadáver de Mondragón fue encontrado la mañana siguiente en la Ciudad Industrial, cerca de las instalaciones del C-4, con evidentes signos de tortura.
En 2016, la CNDH dijo sobre Mondragón, cuya imagen circuló profusamente cuando apenas se conocían versiones de la desaparición de 42 normalistas:
“Las características muy particulares de las lesiones presentes en tejidos blandos y óseos llevan a concluir que la ausencia de tejidos de la cara y cuello, así como el desprendimiento del ojo izquierdo, fueron provocados por la intrusión de la fauna depredadora del lugar en una etapa post mortem, facilitada por la previa destrucción de la piel de la cara consecuente a los múltiples traumatismos sufridos en esa región de la cabeza y la presencia de líquido hemático”, señaló.
En esa ocasión, el organismo también concluyó que a Julio César Mondragón lo mataron al menos 11 personas.
“A Julio César Mondragón Fontes le fueron ocasionadas 64 fracturas en 40 huesos de cráneo, cara, tórax y columna vertebral. Destacan las provocadas en todos los huesos del cráneo y en 13 de los 14 huesos que conforman el esqueleto de la cara. De estas últimas, la más severa producida en el macizo facial”, señaló la CNDH.
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