El director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto anunció el lunes que una de las zonas ocultas y poco exploradas del complejo de Chichén Itzá, conocida como Serie Inicial o Chichén Viejo, finalmente abrirá al público en septiembre de este 2023.
En conferencia de prensa del presidente López Obrador, el titular del INAH detalló que llevan un avance significativo en la señalética y en el desarrollo de infraestructuras.
“A partir del 2 de septiembre de este año vamos a abrir una nueva área para que los visitantes puedan tener una experiencia mucho más enriquecedora de visita que se conoce como Chichén Viejo o serie inicial en la parte de señalética. Llevamos un 45 por ciento de avance y en las infraestructuras un 39 por ciento. Esto incluye que por primera vez Chichén Itzá iba contar con un gran museo arqueológico de sitio, ya llevamos el 35 por ciento”, dijo Prieto.
Chichén Viejo fue en sí misma una ciudad del periodo Clásico Tardío entre los 600 y 800 años después de Cristo, que precedió a la zona central o más conocida de Chichén Itzá, y que ahora podrá ser conocida por turistas nacionales e internacionales.
En Chichén Itzá, detalló Prieto Hernández, se tiene un avance de 35 por ciento en la edificación del Museo de Sitio. Y de 24 por ciento en la del Centro de Atención a Visitantes (Catvi).
Por otro lado, en la Zona Arqueológica de Ek’ Balam, el proyecto de investigación y conservación continúa en edificios como la Acrópolis, el Juego de Pelota, el Patolli y la Estructura 14. En tanto que el Catvi de este sitio reporta 3 por ciento de avance constructivo.
¿Qué hay en Chichén Viejo?
La zona que se cree fue un conjunto habitacional de la elite maya, ha sido explorada de manera ininterrumpida por investigadores desde los años 90’s; entre trabajos de investigación, excavación y consolidación arquitectónica.
Serie Inicial está compuesta por 25 estructuras distribuidas en dos plazas construidas sobre un gran basamento amurallado, lo cual dicen, es único en su tipo, pues las entradas siguen una lógica que comienza con sacbé (un camino o sendero de color blanco formado con polvo de piedra caliza) para luego seguir con un arco y una delimitación particular.
El trabajo arqueológico ha permitido descubrir algunas superficies como la evidencia de techos planos en la Casa de la Luna (una de las edificaciones), así como estucos exuberantes estucos modelados con color en el Palacio de los Estucos (otra edificación), la cual demostró la ocupación del asentamiento para el periodo Clásico Tardío, siendo contemporánea a ciudades como Uxmal, Cobá y Ek´Balam.
Chichén Viejo es considerada un conjunto de tamaño intermedio, de alrededor de 14, 605 metros cuadrados, el cual fungía como área residencial, pero también con funciones administrativas y religiosas.
De igual manera, se piensa que sus plazas eran escenarios de rituales de las elites mayas, como el caso del llamado linaje Cupul, una de las familias de la nobleza de Chichén Itzá.
La Casa de los Caracoles, otra edificación en Serie Inicial, posee una escena de 20 metros de largo en su fachada al oeste, misma que representa un árbol genealógico de la nobleza del lugar, pues emerge de ella un tallo que multiplica sus ramas para mostrar diferentes personajes.
Los arqueólogos no descartan que un contexto funerario, descubierto en 2007, esté vinculado con el iniciador de esa familia de la elite maya, quien instruyó la creación de la mayoría de los relieves distribuidos en los edificios de Chichén Viejo, en uno de ellos, este personaje es identificado con el glifo 9 Coyote.
El director de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, José Osorio León ha indicado que, al interior de una estructura localizada en la Plaza Norte del sitio, se descubrieron seis lápidas que tapaban una cámara de poco más de dos metros de largo, la cual contenía restos de cuatro cráneos, dos mandíbulas y huesos dañados y quemados. La posición de los esqueletos y el espacio estrecho donde fueron encontrados, ha hecho pensar a los investigadores que se trata de una escena de sepultura colectiva.
Los restos del cuerpo en cuestión están a nivel de piso, fueron los mejor conservados y se cree que pertenecen a un adulto de sexo masculino de entre los 25 a 35 años. El individuo depositado encima de él correspondería a un adolescente de 10 a 15 años, pero no se pudo determinar su sexo; mientras que el tercer esqueleto es de un adulto de poco más de 15 años, de sexo masculino.
Los individuos depositados en esta tumba debieron ser parte de la élite del lugar, ya que se recuperaron 7 mil 506 cuentas de pasta que imitaban la turquesa y debieron integrar ricos collares. Del análisis de los entierros se desprende que corresponden a la época de apogeo de Chichén Itzá en los años 900 a mil 200 después de Cristo.
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